Con la declaración de Víctor de Aldama el PSOE ha entrado en pánico. Evidentemente la primera reacción de los socialistas, empezando por el presidente del Gobierno, es descalificar a Aldama, calificado ahora como «delincuente» pero que durante mucho tiempo tuvo el honor de codearse con vicepresidentas y ministros para acelerar las gestiones de sus clientes paseándose por los ministerios con privilegios que no tienen todos los ciudadanos. Es curioso también que nadie en el Gobierno se acuerde ahora de Aldama cuando el empresario y comisionista consiguió más de 50 millones de los contratos de las mascarillas con empresas constituidas rápidamente y en plena pandemia.

Poca defensa.

Es cierto que Aldama tiene que aprobar todas las denuncias que hizo ante el juez, pero queda claro que creó una trama corrupta para lograr contratos públicos de las administraciones públicas gobernadas por el PSOE. No conviene olvidar que el Govern de Armengol también colaboró estrechamente con esta trama corrupta y por ello deben darse todavía muchas explicaciones. Resulta patético recordar cómo Negueruela intentó durante semanas hacer creer que la trama de Koldo estaba vinculada en realidad al Govern de Prohens, una maniobra que ahora ha quedado desmontada con todo lo denunciado por Aldama. Porque ni Abalos ni Koldo pueden justificar su ritmo de vida y no conviene olvidar que el Govern de Armengol colaboró activamente en que eso fuese posible..

Las pruebas.

En definitiva, es imposible pensar que Aldama haya puesto en jaque a medio Gobierno sin tener pruebas. Un empresario con su experiencia no paga comisiones a políticos corruptos sin reunir pruebas que lo acrediten y en el PSOE son muy inocentes si creen que con la declaración de Aldama ante el juez se pone punto y final a este escándalo. El show de Aldama acaba de empezar y ni el PSOE ni sus socios, que ahora prefieren no dar credibilidad a las declaraciones del empresario, pueden quedarse con los brazos cruzados cuando salgan las pruebas sobre el pago de comisiones. El gran interrogante es saber si Aldama también tiene pruebas contra Sánchez y su esposa. A tenor de sus amenazas, parece que sí.