La inmigración irregular lleva tiempo convertida en un problema en Baleares. La llegada de pateras ha crecido de forma exponencial durante los últimos años, fundamentalmente porque se ha afianzado una ruta de Argelia hacia Mallorca e Ibiza y, especialmente, Formentera, que ya está trabajando en devolver las competencias de Menores al Govern porque no puede asumir la gestión de todas las llegadas. Las ONG atribuyen esta circunstancia a la precaria situación socioeconómica del país africano y a los elevados índices de paro entre personas jóvenes. Evidentemente, las autoridades también han relajado los controles y las Islas se han convertido en un punto de escala. Normalmente, el objetivo de estas personas es pasar pocos días en la Isla y partir hacia Valencia, para después intentar prosperar en Francia, Alemania o Bélgica. Sin embargo, se desconoce oficialmente cuántas de estas personas recién llegadas deciden quedarse en las Islas.

Los datos.

Los datos son elocuentes. Si durante 2020 llegaron a las costas de Baleares 112 pateras con 1.464 personas a bordo, en 2021 arribaron 2.402 migrantes y 164 embarcaciones. En 2022 la cifra creció ligeramente (2.637) y el año pasado experimentó un retroceso (2.194). Las alarmas se han disparado en este 2024. De hecho, en lo que llevamos de año, se ha multiplicado por dos el número de migrantes que han desembarcado en las Islas y que de momento alcanza las 4.441 personas (266 pateras), unas cifras completamente inasumibles para Baleares, especialmente para islas tan pequeñas como Ibiza y Formentera.

La realidad.

Catalina Cirer, consellera balear de Asuntos Sociales, ya advirtió este jueves que, de seguir por el mismo camino, las Baleares «podemos ser como canarias», algo que no está tan lejano, pues este pasado miércoles Baleares se convirtió en «el punto de España que ha recibido más pateras». No sólo el Consell de Formentera está desbordado sino otros municipios de Mallorca, como Santanyí y Campos, se han sumado a la voz de alarma de que no pueden asumir todas estas llegadas. Por ello, el Gobierno central debe replantearse la política migratoria y atender las peticiones y la llamada de auxilio que les hizo llegar la presidenta Prohens.