La detención esta semana del alcalde en funciones de Sant Josep, el socialista Ángel Luis Guerrero, por presuntos delitos de corrupción urbanística ha sido un nuevo golpe para la FSE-PSOE que dirige Josep Marí Ribas Agustinet. Incapaces de digerir todavía la debacle del 28 de mayo e inmersos en la campaña para las elecciones generales (lo que les ha permitido no tener que dar explicaciones públicas sobre el fracaso electoral a nivel municipal e insular), los socialistas de Ibiza se enfrentan ahora al hecho de que algunos de los suyos puedan estar implicados en la corrupción que parece imposible desterrar.
Falta de autocrítica
Ante el fracaso electoral de mayo, Agustinet se ha limitado a afirmar que no sabe por qué ha sucedido y que no tiene que dimitir. Ante la detención de Guerrero, ha venido a decir lo mismo: «No me he planteado dimitir porque no creo que tenga ningún motivo. ¿Por qué razón tengo que dimitir yo?». Y lo que es peor, no parece haberse cuestionado por qué son muchos los que en Ibiza se preguntaban el martes si la Guardia Civil también le detendría a él. No parece tener claro que su imagen pública está más que tocada..
Movimientos por el cambio
Agustinet ha llevado a la FSE-PSOE a una situación límite. Y dentro y fuera del partido empiezan a darse movimientos que buscan una renovación total del socialismo ibicenco, la única forma de salir de la actual crisis. Por el bien de la formación, Josep Marí Ribas debería presentar la dimisión y convocar un congreso extraordinario que permita afrontar seriamente la legislatura que está a punto de empezar. Con él deberían irse también los estrategas que llevan décadas utilizando la FSE-PSOE en su propio beneficio. La militancia haría bien en exigirles la dignidad y la decencia que ellos han exigido a otros por motivos mucho menos graves.
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