Ninguneo al papel de los sindicatos.
En el comunicado que difundió ayer este periódico se desvela que los sindicatos consideran que el departamento de Recursos Humanos está dirigido por una persona que, según ellos, tiene como principal función «la de actuar como barrera para los trabajadores no molesten a los polítios con sus problemas y reivindicaciones». Las oposiciones y las bolsas están paradas. Y sobre la carrera profesional aseguran que el gobierno de Ruiz «se la quitó de encima presentando un panfleto infumable». Las relaciones entre los sindicatos y los dirigentes políticos deben estar bajo cero cuando no han podido recuperar ni el local sindical que el Ayuntamiento d'Eivissa debe facilitar por ley.
Nula empatía.
El comunicado de los tres sindicatos confirma, de nuevo, la nula empatía del gobierno de Ruiz con muchos sectores de la ciudadanía de Vila, incluidos los propios trabajadores municipales. No se puede ir presumiendo de ser un gobierno abierto y dialogante cuando en realidad se actúa desde el rencor y el sectarismo, incluso con personas que teóricamente pueden estar bastante cerca ideológicamente como son los líderes sindicales. Si el sectarismo es uno de los grandes males de la política, en Vila el problema se agrava con personas que ocupan cargos políticos con una escasa preparación pero, sobre todo, por un nulo respeto hacia muchos de los ciudadanos que pagan sus impuestos o aquellos que no piensan como ellos.