El mismo día que el presidente de Exceltur y CEO de Meliá, Gabriel Escarrer, no dudó en reclamar ante la titular del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, un plan de ayudas directas para el sector turístico con el fin de evitar su desplome definitivo, diez patronales de Ibiza se juntaban para anunciar una movilización para reclamar un plan de rescate, entre otras cosas. Este es el sentir del principal motor económico de España y, de manera muy especial, de Ibiza y Formentera, sin perjuicio de Mallorca y Menorca. Los sectores productivos necesitan un asidero que les permita alcanzar el inicio de una temporada a la que todavía le quedan tres meses para comenzar. Y eso si nada se tuerce.
Adiós a abril y mayo.
La temporada del año pasado apenas duró unas semanas, hasta que Gran Bretaña y Alemania cerraron sus fronteras por la escalada de contagios. Desde septiembre de 2020, el cierre de hoteles y de la oferta complementaria ha sido, en la práctica, total. En estas condiciones, la liquidez empresarial es inexistente, a lo que se añade la incertidumbre sobre las fechas de apertura. Para este ejercicio, descartado el inicio en la Semana Santa, las previsiones aplazan hasta junio el regreso a una normalidad, aunque tampoco hay certeza alguna. Los ritmos de vacunación en el conjunto de la Unión Europea distan mucho de ser los óptimos. Además, tampoco hay evidencias de cuándo podrá implementarse el sistema de corredores seguros a través de certificados de vacunación o pasaporte sanitario.
Inquietud justificada.
Ante este escenario, la inquietud empresarial, que no hay que olvidar que corre paralela a la de miles de trabajadores, está más que justificada. Las reclamaciones al Gobierno de Exceltur y de los sectores productivos de las Islas no pueden seguir teniendo como respuesta vaguedades y declaraciones de intenciones. Necesitamos respuestas urgentes, claras y contundentes para salvar el principal sector generador de actividad económica y riqueza de Baleares y también de España y el Gobierno sigue sin aclarar en qué consistirá el plan de 11.000 millones anunciado la semana pasada sin ningún tipo de fundamento.