La necesidad de impulsar una eficaz colaboración entre administraciones para actuar contra la pandemia marcó el sentido y el contenido del encuentro que mantuvieron ayer el presidente del país de Europa con los peores datos de contagiados de covid y la presidenta de la comunidad de España que registra los peores indicadores. Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso aparcaron diferencias, soslayaron desacuerdos y enfrentamientos políticos para pactar la formación de un grupo de trabajo que se reunirá cada semana y que ayer por la tarde ya celebró su primera sesión con la participación del ministro Salvador Illa, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruíz Escudero, la ministra de Administraciones Públicas, Carolina Darias y el vicepresidente regional, Ignacio Aguado. Hay que celebrar este alto el fuego en las discrepancias y reproches de quienes ejercen responsabilidades públicas desde formaciones de distinto signo, ya que supone un ejercicio de sentido común y lealtad institucional, aunque es evidente que llega tarde. En Ibiza, la falta de transparencia con la que está actuando el Govern en los confinamientos de parte de Vila y Sant Antoni y los errores de bulto cometidos por la Comunidad Autónoma amenazan por quebrar la sintonía y lealtad institucional previa. Las críticas cruzadas entre gobierno y oposición de Vila así lo reflejan.

Colaboración y planificación.
El Govern debe evitar a toda costa que el clima de desconfianza, especialmente en el Ayuntamiento de Sant Antoni, pero también entre la ciudadanía, vaya a más actuando con transparencia y facilitando todos los datos sobre el número de contagios del municipio. Esgrimir la LOPD cuando el Ayuntamiento de Sant Antoni no reclama que le sean facilitados datos personales de los infectados no es una buena manera de poner fin al conflicto, ya que suena a excusa. La opacidad con la que está actuando el Ejecutivo de Francina Armengol y Pilar Costa no hace más que alimentar la hipótesis de que la Conselleria de Salud tiene algo que ocultar. A pesar de que sigue manteniendo un discurso conciliador y evita la confrontación y el enfrentamiento político, el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, endureció ayer el tono de sus críticas, muestra evidente de que el malestar va en aumento.