Las cifras de contagios avalan la necesidad de hacer acopio de material sanitarios para hacer frente al repunte de la pandemia. El objetivo es evitar un nuevo colapso del sistema sanitario, circunstancia de la que Baleares no fue una excepción en la primera oleada del coronavirus. Las previsiones más catastrofistas se están cumpliendo, incluso desmintiendo pronósticos científicos sobre el efecto mitigador de las altas temperaturas sobre la velocidad de propagación del virus. Las Islas, estas semanas, acumulan una aceleración casi exponencial de brotes mientras España encabeza la lista de países europeos. En este contexto, los efectos económicos negativos no se han hecho esperar.
Prioridad sanitaria.
Sin embargo, conviene insistir en la necesidad de priorizar las medidas de prevención en el ámbito sanitario. Los almacenes habilitados por el Govern se encuentran repletos de material dispuesto para su utilización en cuestión de semanas, a la vista de la evolución de los datos epidemiológicos. De momento, no se han alcanzado situaciones críticas como las de los pasados meses de marzo y abril, cuando el personal sanitario se vio en la obligación de trabajar sin los equipos de protección adecuados. Cabe suponer que ahora la labor de prevención permite afrontar con más tranquilidad una oleada de contagios en la que ya parece que estamos inmersos.
Más prevención.
Ante la evolución de la pandemia en España, hay que admitir el fracaso de las campañas de prevención. La transmisión comunitaria se ha disparado en buena medida debido al comportamiento negligente de la población, incapaz de mantener las mínimas normas elementales de distancia social, uso de las mascarillas y limpieza. El descenso en la letalidad de la pandemia es, quizá, el único elemento esperanzador de esta enfermedad de efectos devastadores a nivel mundial.