Un esfuerzo en vender un destino seguro

Una campaña confusa.
Baleares trató de lanzar una claro mensaje de destino seguro en los principales mercados emisores europeos, especialmente en Alemania, una iniciativa que logró posicionar Mallorca de manera inteligente ante el inicio de la temporada y de la que también se beneficiaron Ibiza y Formentera. Sin embargo, todo lo logrado se ha ido al traste tras las decisiones posteriores –contradictorias con un destino seguro–, en especial la imposición de las mascarillas, el cierre de las calles más emblemáticas del ocio nocturno en Mallorca y otras restricciones para el turismo joven, como la restricción horaria y el cierre de facto del West End. Estas medidas, junto con la proliferación de nuevos brotes de Covid en todo el país, han atemorizado a los clientes que, aprovechando una disposición de la Unión Europea, aprovechan hasta el último minuto para cancelar su viaje al no tener penalizaciones.

Un último esfuerzo.
Desde el punto de vista sanitario, la reacción de otras autonomías, introduciendo restricciones que aquí se tomaron antes, da la razón al Govern en las medidas adoptadas, lo que no es óbice para que las instituciones públicas y los empresarios del sector trabajen para intentar salvar una temporada en la que debe quedar claro que Ibiza y Formentera sigue siendo un destino seguro (tres días seguidos sin contagios) y que todas las prevenciones tratan de garantizar la seguridad sanitaria de todos, incluidos los visitantes. No es sencillo, pero como se ha repetido hasta la saciedad, es mucho lo que Ibiza y Formentera se juegan en estas próximas semanas.