La presidenta del Govern, Francina Armengol, recibió ayer en el Consolat de la Mar, a los líderes y portavoces de los diferentes grupos políticos con representación en el Parlament. La idea inicial era un intercambio de opiniones sobre el proceso de desconfinamiento, una cuestión de cobra protagonismo en la medida que la emergencia sanitaria comienza a dar síntomas de estar bajo control. Hay, en la oposición, un denominador comun en la reclamación de que el tema pueda ser objeto de debate político en la cámara autonómica; una manera de restar protagonismo en este proceso al Govern. Lo cierto es que la inquietud social por resolver las dudas en el camino de salida de la crisis obliga a un acuerdo global y consensuado para evitar tensiones añadidas a la crisis en la que está inmersa la economía balear.

Las formas y el contenido.
Baleares ha logrado evitar que el golpe de la COVID-19 haya desbordado su sistema sanitario, activando dispositivos y recursos complementarios con antelación; un acierto en la gestión que tiene en las elevadísimas tasas de contagios entre el personal sanitario un serio contrapeso. Ahora, el reto fundamental es encaminar de manera acierto el complejo proceso de desconfinamiento, que deba compaginar las garantías sanitarias con la reactivación económica. La sensatez política obliga a incluir en este tránsito a la oposición parlamentaria, la gravedad del momento exige evitar el juego cortoplacista de nuestros líderes políticos por los grandes acuerdos y la empatía.

Salir juntos.
El lema ‘salir juntos’ de la crisis no puede ser un mero reclamo publicitario del Gobierno central, todas las instituciones deben quedar comprometidas en la búsqueda de soluciones; y las circunstancias actuales propician un clima de unidad que permita salir cuanto antes del actual período de negatividad. El primer ejemplo está en la solidaridad ciudadana.