Las críticas por la falta de material en Can Misses habían remitido en las últimas semanas, así como el número de profesionales infectados y bajo vigilancia. De hecho, ayer recibió el alta el último profesional que aún recibía tratamiento por coronavirus y fue el decimocuarto día sin contagios entre el colectivo. Un mejor conocimiento de las medidas de protección y de los riesgos de contagio del virus, cambios en los protocolos de seguridad y más material son las causas que han permitido frenar una curva que llegó a tener unas dimensiones preocupantes. Hay que felicitarse por el cambio de tendencia, ya que el personal sanitario es esencial para combatir la pandemia y salvar vidas y no merecen trabajar sin seguridad.
Inexplicable retraso.
Aún así se siguen produciendo episodios lamentables que demuestran que el Govern sigue sin haber aprendido la lección. El sindicato de Enfermería Satse advirtió hace tres semanas de la llegada de un lote de mascarillas de mala calidad y puso en duda su efectividad. Finalmente y ante la polémica generada por las mascarillas fake que el Gobierno ha facilitado a otras comunidades autónomas, Salud ha decidido retirar las mascarillas. La información oficial es que lo ha hecho de forma «preventiva», es decir, que no admite la falta de seguridad de las mismas. Esta medida se debió haber tomado inmediatamente tras escuchar las quejas de los profesionales evitando así que decenas de profesionales hayan estado en riesgo. El Govern debe priorizar los análisis que empezó ayer a las personas que han estado trabajando con este material de dudosa calidad para actuar inmediatamente en el caso de que haya nuevos positivos y generar tranquilidad a los que no hayan contraído la enfermedad.
Una imagen que abochorna.
Lamentablemente, las mascarillas no son un caso aislado y las denuncias se extienden a la mala calidad de otros materiales de protección. La imagen que publicamos hoy de profesionales que cubren parte de su cuerpo con bolsas de basura, ya que el equipo facilitado no cubre todo el cuerpo abochorna. Es obvio, que los esfuerzos han de ser mayores para dar carpetazo de una vez a los problemas de seguridad de los sanitarios.