El nuevo Gobierno de España acaba de iniciar su primera batalla política de la legislatura en tierras murcianas, donde Vox fue la fuerza política más votada en las elecciones de diciembre y donde ha impuesto el pin parental en las escuelas e institutos públicos. Ministros y portavoces del Gobierno progresista han salido a la carga contra este pin, un documento que los alumnos deben entregar firmado por sus progenitores para poder asistir a las actividades complementarias de sus centros. Con el pin, Vox persigue blindar a los menores contra el «adoctrinamiento en las aulas» sobre feminismo, violencia de género y promoción de los colectivos LGTBI. No es su guerra, pero el PP da apoyo a la propuesta de Vox porque le necesita para gobernar en Murcia, Madrid y Andalucía. El debate debilita y descoloca a Ciudadanos, a la espera de resolver el liderazgo de Inés Arrimadas. La polémica beneficia a PSOE y Podemos porque desvía la atención y quita el foco sobre la espinosa cuestión catalana.
Editorial
Centros escolares y campos de batalla
21/01/20 4:01
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