Ha tenido que llegar la grave crisis provocada por la quiebra de Thomas Cook para confirmar que la ecotasa no es un instrumento intocable, que se puede perdonar, devolver a los hoteleros, e incluso se podría hasta bajar o eliminar por completo. Hay que valorar de forma positiva la decisión de Ejecutivo balear de devolver a los hoteleros la ecotasa que no ha podido ser cobrada a los turistas de Thomas Cook en los meses de julio, agosto y septiembre.
Por fin, hechos.
Hace unos días desde este mismo periódico señalábamos que las fotografías del Govern con patronales y sindicatos no era suficiente; que había que tomar medidas concretas y efectivas que realmente ayudasen a empresarios y hoteleros que se hayan visto perjudicados por la quiebra de Thomas Cook. Y ha llegado una medida que al menos es un paso sobre todo para un Govern que mantiene la ecotasa como un símbolo ideológico. La ecotasa no cobrada se perdona a los hoteleros, que recordemos ejercen de recaudadores del impuesto, pero el conseller de Turismo, Iago Negueruela, ya ha dejado claro que se tiene que cobrar en invierno y también la próxima temporada. Recordemos que la patronal balear reclamaba la supresión total del impuesto.
Más medidas.
Perdonar la ecotasa a los hoteleros que no han podido cobrarla a los turistas de Thomas Cook (un dinero que ellos no han recaudado por la quiebra) es una medida comedida y ponderada, pero el Govern tiene más margen de actuación porque el agujero que ha dejado la bancarrota del mayorista británico tiene unas consecuencias que aún no se han calculado de forma definitiva, pero que superan el centenar de millones. Entre otros problemas, que seguramente el Govern sí tiene en cuenta es que habrá trabajadores que no podrán trabajar este invierno porque sus hoteles se verán obligados a cerrar. Porque no solo hay que medir los efectos de la quiebra en el bolsillo de los empresarios sino las consecuencias para el eslabón más débil de la cadena, los empleados. Seguro que el Govern ya ha hecho números.