EDITORIAL
Una consecuencia más del cambio climático
El hecho inaudito y sin precedentes de que una tortuga boba desove en una playa de Balears, concretamente en Platja d'en Bossa, acaecido el pasado jueves, acarrea sensaciones contradictorias. Por un lado satisface comprobar cómo las instituciones y los servidores públicos se movilizan para proteger al animal y a los 58 huevos que depositó sobre la arena tras escavar un hoyo. Los agentes de la Policía Local de Ibiza, agentes de la Conselleria de Medi Ambient del Govern balear, personal del Ibanat y los profesionales del Centro de Recuperación de Especies Marinas (CREM) y del Consorcio de Recuperación de la Fauna (Cofib), llevaron a cabo una tarea eficiente y coordinada que es de Justicia destacar y reconocer. Gracias a ello, el anfibio pudo desovar sin sufrir daños ni molestias y los huevos pudieron ser recogidos y depositados en un lugar más seguro y propicio para su correcto desarrollo y viabilidad en el Parque Natural de ses Salines.
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