No hubo sorpresas ayer en el Parlament y Francina Armengol fue investida presidenta del Govern por segunda vez. Revalida así su mandato demostrando una importante capacidad de pacto, pues las fuerzas de izquierdas Unidas Podemos, Més per Mallorca, Més per Menorca y Gent per Formentera, además del PSIB, votaron a favor de su nombramiento. Votos más que suficientes para que saliera adelante sin dificultad. Se opusieron PP, Ciudadanos y Vox, como era de prever. Y el PI de Jaume Font, único interrogante de la sesión, optó por la abstención.
Crisis en Més.
Sin embargo, uno de los socios del equipo de gobierno de Armengol, Més per Mallorca, está inmersa en una crisis política de enorme magnitud tras la decisión de la Ejecutiva de la formación econacionalista de impedir que Fina Santiago y Vicenç Vidal vuelvan a ser consellers del Govern; y también que Miquel Ensenyat sea designado senador autonómico. Este movimiento inesperado se interpreta como una “noche de cuchillos largos” que nadie puede ahora adivinar cómo terminará. La división en Més es evidente ya que confiaban en obtener mejor resultado tras las negociaciones con PSIB y Unidas Podemos.
Guante blanco.
El presidente del PP de Balears, Biel Company, en su papel de líder de la oposición, tendió la mano a Armengol al proponer un gran pacto en política turística que permita desarrollar el modelo turístico de Balears para las próximas décadas. Además manifestó su predisposición a negociar con la presidenta del Govern las políticas que supongan un beneficio para la Comunitat. En suma, se trató de un debate de guante blanco en el que los socios del PSIB declararon que serán vigilantes para conseguir del Gobierno central mejoras para Balears, una advertencia que augura un elevado nivel de exigencia en la segunda legislatura de Armengol en el Consolat de Mar, sede del Govern.