El próximo responsable de la Conselleria de Medi Ambient del Govern de les Illes Balears deberá tomar una decisión con respecto al futuro de las cabras del islote de es Vedrà. Asumido por todo el mundo que los ejemplares que allí sobreviven causan un grave daño a la flora endémica del lugar que es preciso proteger, la cuestión ahora radica en qué hacer con ellos. Repetir el exterminio que el Ejecutivo autonómico ordenó en el año 2016, es la opción menos válida dado el rechazo social que aquella polémica medida generó entre la sociedad ibicenca. Volver a incurrir en aquel error sería nefasto y no es inteligente tropezar dos veces con la misma piedra.

Respeto al Consell d’Eivissa.
Tras el archivo de la causa que se seguía en un juzgado de Ibiza contra los políticos responsables de aquella actuación, se planteó la necesidad de hacer algo con los ejemplares supervivientes, que además han proliferado. Entonces el Govern manifestó que nada se haría sin el visto bueno del Consell d’Eivissa, lo cual es algo positivo. Pero tras el informe encargado por la institución, que planteaba la viabilidad de una medida no cruenta como la captura de los animales y su posterior extracción, desde la Conselleria de Medi Ambient volvieron las críticas a la propuesta lanzada desde Ibiza.

Traslado a Can Dog.
Ahora sabemos que el conseller insular de Medi Ambient en funciones, Gonzalo Juan, ha trasladado al Govern, autoridad competente en la materia, que desde la isla se ve factible la propuesta de la asociación animalista Assaib de trasladar a las cabras hasta la finca Can Dog, a falta de llevar a cabo ciertas mejoras en el vallado e instalar bebederos. Así pues, lo razonable sería que el Ejecutivo autonómico sea sensible al planteamiento que se le hace y cumpliendo con su compromiso, se capture a los caprinos vivos y sean sacados del islote, descartando otra actuación lesiva como la que en su día se decidió, lamentablemente.