Los desplantes y desencuentros registrados durante la inauguración del Mobile World Congress en Barcelona han puesto de manifiesto el deterioro de las relaciones institucionales entre las máximas autoridades del Estado y de Cataluña. Cuando el conflicto catalán no ha obtenido aún una vía pactada e inteligente para su resolución, las discrepancias que manifiestan públicamente quienes deberían trabajar por esta salida aumentan la tensión y agudizan el desacuerdo. Carece de sentido, más allá de la pretensión de acaparar titulares, que el presidente de la Generalitat y la alcaldesa de Barcelona, Quim Torra y Ada Colau, respectivamente, se nieguen a participar en el saludo oficial de bienvenida a Felipe VI, que se desplazó a la Ciudad Condal para presidir este acto como jefe del Estado.
Editorial
El Mobile World no es lugar para la controversia política
27/02/19 4:01
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