La preocupación es patente entre el sector turístico balear cuando el Reino Unido está cada vez más cerca del ‘brexit', su salida de la Unión tras el referéndum celebrado en 2016. Los diputados británicos votan mañana la manera de desligarse del Continente. Aunque una salida ‘blanda' no sería tan traumática como una acción ‘dura' y contundente, lo cierto es que pase lo que pase Balears está a la expectativa porque 3'7 millones de sus clientes llegan de las Islas Británicas. De ahí que se esté preparando una ‘cumbre' en Mallorca dentro de unas semanas para analizar la problemática en su conjunto y las consecuencias de la actitud del Parlamento de Londres.
Madrid debe espabilar
Es lógico que en las Islas produjesen un profundo disgusto las previsiones hechas por Moncloa sobre las consecuencias del ‘brexit', ya que soslayaron la realidad turística. La carta de protesta enviada por la presidenta de la CAEB, Carmen Planas, a la ministra Reyes Maroto ha surtido el lógico efecto e importantes representantes del Ministerio y de organismos de la capital estarán presentes en la ‘cumbre' mallorquina. Pase lo que pase en Gran Bretaña, es necesario que el Archipiélago esté preparado, porque lo fundamental es que Balears debe seguir manteniéndose como destino puntero. No será fácil. Una libra esterlina divorciada del euro podría depreciarse. Ello implicaría un encarecimiento del Archipiélago, lo cual podría forzar a parte de la clientela británica a contratar destinos más baratos.
Apuesta por la profesionalidad
La industria turística balear, en perfecta coordinación con Moncloa, debe responder con profesionalidad a los efectos del ‘brexit'. Lo más importante es mantener el grueso de la clientela británica a partir de los actuales niveles de calidad de la oferta y de precios competitivos, sin caer en histerismos coyunturales. No será sencillo. Pero a la larga las aguas volverán a su cauce y la estructura económica se estabilizará. Gran Bretaña es Europa, se mire por donde se mire.