Se convierte así en el primer candidato ibicenco con responsabilidades de gobierno en posicionarse claramente de cara a los próximos comicios, lo cual indica que de ahí para abajo, los demás deberán hacer lo propio, tanto en el PSOE como en el resto de formaciones. Es importante que se haga cuanto antes mejor para que los ciudadanos puedan valorar adecuadamente la trayectoria de cada candidato.
Encuestas favorables.
A Torres le avala su gestión al frente del Consell durante los últimos tres años. Una gestión difícil y complicada, porque el PSOE no ostenta la mayoría y tuvo que pactar con Podem-Guanyem para lograr desbancar al PP, que fue la fuerza política más votada.
Así pues, no ha podido hacerse lo que quieren los socialistas ni lo que figura en su programa electoral, sino lo que logra consensuarse con sus socios de gobierno, con quienes no han faltado los desencuentros y las discusiones en público. Pese a eso, Torres es percibido como un político moderado, inteligente, poco dado a las discusiones públicas y a los enfrentamientos inútiles. Las encuestas le son favorables y su presidencia supone una garantía de pocos sobresaltos ni concesiones al radicalismo.
Moderación.
Educado en extremo y muy cordial en el trato, cuesta encontrarle enemigos declarados. Y este carácter afable y ponderado le han servido de mucho para evitar meterse en charcos en los que otros parecen encontrarse tan a gusto chapoteando. Torres posiblemente sea el mejor candidato socialista por sus cualidades como político y por su capacidad de gestión, dificultada al no tener mayoría para gobernar en solitario.
Ahora solo falta ver si habrá alguien que se atreva a disputarle el liderazgo al secretario general de los socialistas ibicencos, cosa poco probable aunque no imposible, porque hay quien confiaba en que no repitiese tras sus problemas de salud, parece que felizmente superados.
