El hecho de que 16.627 personas aspiren a ocupar una de las 2.607 plazas repartidas en nueve categorías que ha creado el IB-Salut es la más clara prueba del gran número de aspirantes a tener un empleo público tras lustros de crisis económica que han recortado al mínimo las ofertas institucionales de trabajo estable y seguro. El hecho de que los que obtengan plaza no tengan que acreditar el conocimiento del catalán hasta dos años después de obtener el puesto, es una cuestión menor ante la necesidad objetiva de miles de personas de acceder a una nómina y a un futuro halagüeño.

Superación de la crisis.
La creación de tanta plazas, que van desde técnicos a auxiliares y celadores, es la constatación de que la sociedad balear ha superado la crisis económica. Por eso sus instituciones autonómicas pueden crear trabajo estable, reduciendo de manera muy importante el número de sus trabajadores con contratos temporales. Esta constatación genera estabilidad en el servicio sanitario y también en el tejido social. Cuantos más trabajadores haya con una relación laboral estable, más se notan luego en el conjunto de la sociedad las consecuencias de la recuperación económica. De ello es muy consciente el Govern, que lo ha puesto todo de su parte para crear el máximo de plazas sanitarias posibles.

Por un buen servicio de Salut.
Una sanidad pública de calidad es, junto a la educación y los servicios sociales, el más claro indicador de una sociedad desarrollada. Más empleados de Salut en sus diferentes ámbitos y categorías es sinónimo de una oferta cada vez más óptima y entregada. Esta gran convocatoria de puestos de trabajo ha de constituir una satisfacción para el conjunto de la sociedad porque con tantos nuevos profesionales actuando a pleno rendimiento los beneficiarios son todos los ciudadanos. Y lo que es más importante: poder gozar de un sistema sanitario que tiene garantizado un futuro de primer nivel profesional.