Garantizar la aprobación del Régimen Especial para las Islas, cuya negociación con el equipo del exministro Montoro estaba muy avanzada, y un nuevo modelo de financiación autonómica que deje de castigar a los ciudadanos son cuestiones que no pueden, ni deben, desaparecer de la agenda del Govern. Es mucho lo que está comprometido del futuro de Balears tras estas dos cuestiones, las cuales cuentan con un amplio consenso político y social.
Prospecciones en el Mediterráneo.
Los proyectos de prospecciones en el Mar Mediterráneo que se tramitan en el Ministerio de Medioambiente y que amenazan las aguas de Balears, su fauna marina y también y colateralmente, la principal industria del archipiélago, el turismo, es un asunto de máxima prioridad que debe resolverse en breve, de forma satisfactoria para la sociedad pitiusa, que con un enorme consenso social y político se opone a que se autoricen tales actividades, sea con el pretexto que sea que se pretendan llevar a cabo.
Limar asperezas.
También la ampliación de los límites del parque nacional de Cabrera es otro de los puntos de fricción entre las administraciones central y autonómica que el futuro Gobierno tiene en su mano resolver, del mismo modo que la reclamación de la carrera profesional que afecta a miles de trabajadores públicos en Balears y que también se cuestiona desde la Delegación del Gobierno.
La llegada de Sánchez el Gobierno es una buena oportunidad para revisar en profundidad las relaciones del Estado con Balears, limar asperezas y ofrecer soluciones al conflicto. Y el hecho que coincida en ambas Administraciones el mismo partido político, ha de servir para mejorar la vida de los habitantes de las Islas.
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