Silvia Tur abraza el privilegio

En no pocas ocasiones el hecho de que un cargo público fuera sospechoso de haber cometido algún delito hacía que la investigación y enjuiciamiento en su caso, recayera en un tribunal distinto al que correspondería a cualquier otro ciudadano normal y corriente, normalmente en un órgano judicial pluripersonal y de rango mayor.

Eso ha hecho que se considere el aforamiento como un privilegio que hoy en día no puede mantenerse y de ahí que muchos partidos políticos defienden su desaparición.

Cardona sí declara.

El caso de la exconsellera insular de Medi Ambient de Formentera es paradigmático de por qué deben desaparecer -o al menos limitarse- los aforamientos, pues ante una citación de la jueza de instrucción y por idéntico asunto, la actual consellera insular de Participació Ciutadana, Sònia Cardona, que no es aforada, declaró sin problemas ni privilegios y sin embargo, la diputada autonómica de Gent per Formentera Silvia Tur, no lo hizo aunque debió hacerlo si se toma en cuenta la jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) y los antecedentes de multitud de aforados que han declarado ante el juez de instrucción en un estadio previo de las diligencias.

Tur pudo renunciar.

No hay ninguna razón que justifique que el caso deba remitirse al TSJB en este momento solo para recibir declaración a Silvia Tur, diligencia que le permitiría defenderse de las sospechas que sobre ella apuntó el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer.

Pero lo mejor hubiese sido que la propia Tur hubiese renunciado por propia voluntad a su aforamiento y así se igualase al resto de investigados. No lo hizo porque no quiso y eso la coloca en una situación de incoherencia política porque o se está a favor de los aforamientos a políticos o se está en contra. Ella, por lo que se vé, está a favor. O al menos ahora, que ella es la investigada.