Es difícil de explicar las actuaciones de algunos concejales de Vila. Tienen una extraña facilidad para meterse en líos en las redes sociales y habitualmente reinciden. Pocos son los ediles que no sienten la necesidad de, o bien criticar a la oposición en Twitter, que es lo habitual, o cuestionar a los medios de comunicación o vecinos que no aplauden su gestión. Pero Joan Ribas, teniente de alcalde de Bienestar Social, ha llegado un poco más lejos. Se ofreció en Twitter a mostrar el dinero de las dietas que había destinado a organizaciones solidarias para, más tarde, negarse a dar esta información a este periódico.

Predicar con el ejemplo.
Posiblemente el PP ha conseguido, tres años después de iniciar la legislatura y después de unas largas vacaciones, tocar en la línea de flotación del gobierno que dirige Rafa Ruiz. Y ha sido con un asunto supuestamente menor como el de las dietas. Los populares cuestionaban que los concejales cobrasen estas retribuciones cuando al principio de legislatura habían anunciado a bombo y platillo que no lo harían. Luego, al admitir que sí las cobraban, algunos salieron en las redes para dejar claro que ellos, más solidarios que nadie, lo daban para causas sociales. Y Ribas anunció que él lo mostraría públicamente, que no aceptaría que se manchase su nombre y honor, ni el de su partido. No ha sido así. El edil no ha querido mostrar a este periódico si es realmente cierto que da las dietas a organizaciones sociales. Mucho predicar para luego esconderse.

Transparencia del gobierno.
Cuesta de entender la actitud de Ribas, que suele tener incontinencia verbal en las redes, que no acepta críticas, que siente que está por encima del bien y del mal, y que está quedando en muy mal lugar por no dar la información que prometió en Twitter. ¿Qué esconde Ribas? ¿Y los ediles que prometieron que ganarían menos y que no aceptarían dietas? Seguimos abiertos a que Ribas pueda mostrar si es cierto que da las dietas a ONGs. Mientras tanto, es lícito dudar dudar de que así sea.