Los hoteleros de las Pitiusas han criticado que en el último momento se incluyese una enmienda a los Presupuestos de la Comunitat Autónoma para rebajar en un 20 por ciento la cuota de la ecotasa para los hoteles de Menorca que abran durante más de cinco meses al año. En este caso, los hoteles de Formentera necesitan un mínimo de seis meses para tener esta bonificación y los de Ibiza, siete meses. La situación aún es peor en Mallorca, donde los establecimientos tienen como requisito estar abiertos diez meses para obtener el descuento. Dicha enmienda fue propuesta por Més per Menorca, uno de los socios que Armengol necesita para poder mantener la gobernabilidad.

Ataques al Govern.

Los hoteleros pitiusos no han podido disimular su malestar. Consideran que duplicar el impuesto durante la temporada 2018 es una tomadura de pela y lamentan que los menorquines tengan mayor influencia que los pitiusos en la Cámara balear. Además, la Federación Hotelera plantea que el dinero que se recauda en cada isla debe revertir en los respectivos territorios y no repartirse en función de equilibrios territoriales o políticos. «Ya son dos años de tomadura de pelo», han lamentado los hoteleros pitiusos en un comunicado hecho público el miércoles.

Desequilibrios territorales.

Sería interesante que los diputados ibicencos de todos los grupos políticos explicasen qué piensan de estas diferencias entre los distintos territorios insulares. Convendría también un mayor nivel de crítica por parte del PP, que debería empezar a asumir que no puede estar eternamente de vacaciones en la oposición. Y qué dicen los siempre combativos (al menos en twitter) parlamentarios socialistas y de Podemos. Porque estas diferencias no benefician ni que la ecotasa sea un impuesto que sea aceptado por todos ni, mucho menos, que los hoteleros lo puedan asumir de manera natural y evitando estas polémicas por puro interés político y partidista. Crear diferencias entre las distintas islas es un grave error. Otro más.