Las fuerzas de izquierdas consiguieron, por primera vez, ganar al centro derecho en Balears hace exactamente dos años. También en Ibiza ganó la izquierda y apartó del poder a los populares. Realmente José Ramón Bauzá hizo muchos méritos para su derrota electoral. Su enfrentamiento con los docentes por la aplicación del TIL fue clave para perder un número de diputados que le hicieron imposible poder revalidar su victoria electoral de 2011. Cuando nos encontramos en el ecuador de la legislatura podríamos decir que hay más sombras que luces en la gestión del Govern del Pacte. Las continuas peleas entre los socios están eclipsando el día a día.

Pisos turísticos. Uno de los principales problemas que se viven hoy en Balears son la proliferación de los pisos, especialmente porque esta actividad turística está mermando el mercado de alquiler para trabajadores. Sin embargo, ni el Govern que preside Francina Armengol ni el Consell d’Eivissa ha sabido, en dos años, buscar una solución definitiva al problema. Las propuestas que se han hecho hasta ahora no solo no han servido para reducir el número de pisos turísticos sino que los mensajes que se han lanzado a la sociedad han sido confusos y contradictorios. La situación ahora es peor que hace dos años. Los alquileres están por las nubes. Y lo peor es que no se percibe que haya ideas claras para arreglar este conflicto.

Tensiones internas. Como ya ocurrió en la primera y segunda edición del Pacte, las tensiones internas han sido continuas. No hace falta recordar el lamentable episodio que provocó la destitución de Xelo Huertas como presidenta del Parlament, provocando una grave crisis institucional con unos argumentos en clave interna de Podemos que, visto lo visto, solo tenían como objetivo salvar la cara a Alberto Jarabo. Las dimisiones de dos conselleras de Transparència, y la aparición de los contratos al exjefe de campaña de Més han sido otros elementos que han distorsionado gravemente la vida política en estos dos primeros años. Afortunadamente, la economía sigue su propio ritmo, ajena a la vida política, pero sigue habiendo una asignatura pendiente: mejorar los salarios de los trabajadores.