El dato es, cuando menos, preocupante. Un 20 por ciento de nuestros estudiantes de la ESO admite haber sido víctima del ciberacoso, el realizado por medio de las redes sociales. Incluso un 8 por ciento reconoce haber sido el destinarario de mensajes de contenido sexual. Son los datos más llamativos y sorprendentes de la encuesta realizada por la empresa pública Fundació Bit, dependiente del Govern, sobre un total de 2.696 alumnos de todos los cursos de Secundaria en centros de Balears. La muestra es más que significativa, y obliga a tener muy en cuenta los resultados de un fenómeno tan extenso como reciente entre la población juvenil.

Nuevas herramientas. La burla y el abuso siempre han sido comportamientos que han estado presentes en las aulas, sin embargo, las redes sociales les dan ahora una dimensión y publicidad insospechada. También sus consecuencias. Por desgracia ya no son inusuales los cuadros de depresión de víctimas del bullying, que en algunas ocasiones buscan una salida dramática. El problema es real y de enorme calado, a la vista de los datos que ofrece el sondeo, al que padres y docentes deben prestar una especial atención. Estas nuevas fórmulas de comunicación como son las redes sociales, requieren, también, una educación específica sobre su uso.

Abordar el problema. En ningún caso se pueden considerar normal que uno de cada cinco adolescentes de Balears viva un episodio de ciberacoso, y mucho menos cuando se trata de acoso sexual. Es preciso dotar a los jóvenes de herramientas con las que puedan defenderse de estos comportamientos que en ningún caso puede justificarse, un proceso en el que debe implicarse todos su entorno; padres, docentes y compañeros. Sólo un 60 por ciento de los afectados confiesa que pediría ayuda a un mayor ante una situación de estas características. La soledad es un peligro que no puede añadirse a la situación que ya padecen las víctimas, y en eso debe estar comprometida toda la sociedad.