El Ayuntamiento de Vila ha anunciado que no hará ninguna consulta ciudadana sobre la ubicación del albergue. Es técnicamente complicado hacer una consulta y, además, presenta dificultades legales. Sin duda, la puesta en marcha del albergue es urgente y retrasarla no sería responsable ni humano. Es lógica la preocupación de los vecinos, que creen que con la creación de este albergue tendrán problemas en el barrio. Es decir, personas que orinen en los portales y conflictos que ahora no existen. La preocupación vecinal es normal, pero la urgencia en la puesta en marcha del albergue está por encima de la preocupación de los vecinos. Sin embargo, sí es interesante analizar el tema de las consultas ciudadanas que tanto gustan a la izquierda.

Consultas. El ideario progresista plantea la convocatoria de consultas ciudadanas cada vez que se producen asuntos que puedan tener un interés entre los ciudadanos. No hay ninguna normativa que regule estas consultas y, por lo tanto, son únicamente propuestas políticas sin ninguna base jurídica. Queda muy bien en campaña electoral hablar de consultas ciudadanas, de estar próximos a las personas, pero a la hora de ponerlo en práctica existen problemas dífiles de afrontar. Es lógico que el Ayuntamiento piense que consultar sobre el albergue retrasará su proyecto.

Es necesario. Las consultas son necesarias hasta cierto punto. Cuando un partido político se presenta a las elecciones plantea un programa electoral que, si alcanza el gobierno, está legitimado para que se desarrolle hasta las últimas consecuencias. Si los ciudadanos creen que los políticos han obrado bien, vuelven a confiar en ellos. Si consideran que no han actuado en beneficio de los ciudadanos, son castigados. Las consultas son inventos de la nueva política que complican el día a día de la gestión. La puesta en marcha del albergue es una necesidad, que una ciudad como Vila no puede permitir que haya vecinos que duerman en la calle, y hay que abrirla con urgencia. Y el Ayuntamiento debe velar para que no haya desórdenes en el barrio. Sin demagogia sería todo mucho más fácil.