Fiel a sus premisas de previsibilidad, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha presentado su nuevo equipo en el que apenas ha introducido cambios periféricos –con excepción de la cartera de Defensa que ha puesto en mano de la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal–. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaria también asume el ministerio de Administraciones Públicas, aunque dejará de ser la portavoz gubernamental en favor del titular de Educación, Iñigo Méndez de Vigo. Los dos grandes impulsores de la política económica del Gobierno, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro han quedado ratificados en sus parcelas de Economía y Hacienda, respectivamente. Este último se mantiene como interlocutor con las comunidades autónomas en materia financiera

Los cambios. Además de Cospedal en Defensa, nombramiento que deja en el aire los cambios en la dirección estatal del PP, Rajoy ha premiado al sevillano Juan Ignacio Zoido con el Ministerio del Interior tras ser desbancado de la Alcaldía. Alfonso Dastis sustituye a García Margallo en Asuntos Exteriores, uno de los cambios anunciados, mientras que el alcalde de Santander, Iñigo de la Serna se hará cargo de Fomento. Catalunya aporta un ministerio de perfil bajo, Sanidad y Servicios Sociales, con Dolors Montserrat. Para Balears tiene una especial trascendencia el nuevo responsable del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, Alvaro Nadal, hasta ahora jefe de la Oficina Económica del Gobierno.

Expectación fallida. Cabe preguntarse si para configurar este nuevo Gobierno era preciso demorar su anuncio, generando una expectación fallida por parte de un Rajoy que sólo maquilla un Ejecutivo cuya manera de gobernar, a la vista de la composición del Congreso, deberá ser muy diferente a la que ha estado acostumbrado en la pasada legislatura. Un síntoma puede ser que comienza es Gobierno se da conocer mediante una simple nota, nada debe querer explicar su presidente.