Libertad de voto. Es evidente que los tiempos han cambiado en el PP. Se acabaron los candidatos impuestos y los comités ejecutivos sin sorpresas. Ahora hay votación y debate. Esto es positivo para el PP, un partido que ha tenido que evolucionar ante los cambios que se están viviendo en la política nacional desde hace unos años. Durante todo el día de ayer se produjeron multitud de llamadas entre dirigentes para votar a uno u otro candidato, pero al final se impuso la lógica. La imposición de Fajarnés por parte de Madrid hubiese sido un grave error ya que hubiera significado una desautorización para el actual presidente del PP ibicenco.
La despedida de Fajarnés. El exdiputado ha tenido una despedida por la puerta pequeña. Quizás se hubiese merecido otro final ya que fue un alcalde que hizo un buen trabajo en Vila, y también ha sabido moverse en los entresijos de la política nacional, pero llevaba demasiado tiempo en primera línea y era necesario un cambio. Fajarnés no entendió el mensaje y decidió presentarse. Se equivocó y la votación ha sido un castigo durísimo para el exdiputado. Sería fácil hacer leña del árbol caído, pero también hay que valorar el buen trabajo que hizo como alcalde de Vila, que estará en su haber como político. El caso de Sala es diferente ya que el exsenador popular solo había permanecido una legislatura en el Senado. Fajarnés ha estado quince años. Y la derrota de Sala tampoco ha sido tan humillante que la sufrida por Fajarnés. Santi Marí es otra cara nueva que el PP debe aprovechar. Es una muestra de renovación.
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