Las personas. Una de las prioridades de Torres en su mandato será gobernar para las personas. Se trata, en definitiva, de una apuesta por la política social y marcar, por así decirlo, el camino de lo que es la política de izquierdas. Evidementemente, nadie puede estar en contra de las políticas en favor de las personas, pero parece que este tipo de gestión es exclusivamente de la izquierda. No conviene olvidar que en los últimos cuatro años, pese a las graves dificultades económicas, se ha hecho una gran apuesta por la política social tras haber heredado, por ejemplo, entidades donde el Consell no había pagado ni la Seguridad Social de los empleados públicos. La política de las personas debe ser una prioridad, pero también el rigor en el gasto y la optimización de los recursos. Gastar por gastar tiene poco recorrido en la política actual. A diferencia de la legislatura anterior, Torres recibirá una institución saneada y sin deudas. Quizás así le resultará mucho más fácil invertir en las personas.
Los socios. La coalición con Podemos-Guanyem deberá implicar una convivencia durante cuatro años, donde es inevitable que se produzcan diferencias políticas. Sin embargo, Torres nunca debe perder la perspectiva y tendría que aplicar una política razonable, moderada, donde se escuche a toda la sociedad ibicenca. Aunque es innegable el incremento de votos de Podemos, no podemos olvidar que fue la tercera fuerza política en las pasadas elecciones. Torres, de la misma manera que se le ha exigido a Bauzá, debe escuchar a todo y arrinconar proyectos poco oportunos (el tranvía, por ejemplo) que sirven para aparecer en un titular de prensa y poco más.
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