Buen servicio. Terrazas llenas, comercios que empiezan a asomarse a la temporada alta, hoteles reformados y con una buena ocupación, son algunos de los aspectos que han caracterizado esta Semana Santa en Eivissa. Sin duda que no toda la oferta turística ha abierto sus puertas en estos días -Platja d'en Bossa se reserva para la temporada alta- pero la oferta que ha habido ha sido variada y de calidad. En Vila, por ejemplo, los restaurantes y bares que han permanecido cerrados todo el invierno se han puesto al día de forma rápida para poder satisfacer la demanda del cliente, que además ha tenido el consuelo de poder disfrutar de un buen tiempo, incluso de sol.
Preparados para la temporada. Quedan pocas semanas para el inicio de la temporada alta y, como ya ocurriera el año pasado, los hoteles ibicencos y formenterenses presentarán una ocupación récord. Muchos hoteles se han modernizado y por ello la oferta turística será todavía mejor que la temporada pasada. El gran talón de aquiles del turismo de Eivissa sigue siendo Vila. Hacen falta hoteles boutique, de ciudad, con un mejor nivel, que se modernicen y estén a la altura de otras capitales turísticas del Mediterráneo. Hoy por hoy la oferta de hoteles de ciudad en Vila apenas llega al aprobado. Frente a este aprobado raso, la oferta complementaria sí se está adaptando a los nuevos tiempos y ha mejorado sustancialmente. Eivissa puede ser también un atractivo para ir de compras, y especialmente para disfrutar de una buena comida o cena. Sin duda, esta Semana Santa ha sido un buen estreno para lo que será la temporada turística, una temporada que seguramente será muy positiva para las Pitiüses.
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