El mes de febrero marca el inicio de la temporada de fresas en nuestro país, una fruta ampliamente consumida y apreciada por su sabor y versatilidad. A pesar de su popularidad, las fresas figuran constantemente en la lista 'Dirty Dozen', un informe anual del Grupo de Trabajo Ambiental de Estados Unidos (Environmental Working Group, EWG), que identifica los productos con mayor riesgo de contener residuos de pesticidas.
Las fresas, debido a su piel delicada y su crecimiento a ras del suelo, son especialmente vulnerables a plagas e infecciones por hongos. Para contrarrestar estos riesgos, durante su cultivo se aplican con frecuencia pesticidas, lo que incrementa la probabilidad de que estos químicos queden retenidos en la superficie del fruto.
La importancia de limpiar correctamente las fresas
Por ello, asegurarse de una limpieza adecuada antes de su consumo no solo ayuda a eliminar residuos de pesticidas, sino que también reduce la exposición a microorganismos que podrían afectar la salud.
Según el miembro del Instituto de Tecnólogos de Alimentos y profesor adjunto de procesamiento de alimentos en la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, Changmou Xu, el método más efectivo para reducir la presencia de pesticidas y suciedad en las fresas es lavarlas en una solución de agua con bicarbonato de sodio.
Este proceso ayuda a eliminar los residuos químicos y a descomponer los pesticidas que pueden quedar adheridos a la superficie del fruto.
¿Cómo lavar las fresas?
«La mejor manera de lavar las fresas incluye remojar las frutas en agua limpia durante unos minutos y, si lo desea, agregar un poco de vinagre blanco o solución de bicarbonato de sodio», recomienda Xu en un artículo publicado en la web de su universidad. Según él, este es el método más rápido y sencillo de asegurarse de que las fresas se encuentran en buen estado y libres de residuos.
En el caso de utilizar vinagre, el procedimiento es simple: mezclar aproximadamente media taza de vinagre blanco en una taza de agua y remojar las piezas de fruta durante unos minutos. El tecnólogo asegura que «el vinagre es seguro, apto para el uso alimentario, fácil de utilizar y cuenta con propiedades antibacterianas».
La alternativa a la técnica anterior es el bicarbonato de sodio. Xu aconseja disolver algunas cucharaditas de este compuesto en un recipiente con agua, suficientemente grande como para que entren las fresas. El pH de esta solución suele ser alto, lo que la hace ligeramente alcalina y ayuda a neutralizar los residuos de pesticidas ácidos en las fresas, explica el profesor.
Independientemente del método utilizado, es fundamental enjuagar bien las fresas al finalizar la limpieza para garantizar su correcta higiene y evitar la presencia de sabores residuales.
El momento de lavado es clave
Además, el momento del lavado es clave. Se recomienda lavar únicamente las fresas que se vayan a consumir de inmediato, ya que, como advierte Xu, «las fresas son muy perecederas y pueden desarrollar moho rápidamente, especialmente cuando están mojadas».
Por ello, después de lavarlas, es esencial secarlas adecuadamente para evitar la acumulación de humedad, un factor que puede acelerar su descomposición.
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