Gabriel Serra fue un hombre conocido por su hospitalidad y humor, según cuenta su esposa, Sedi Behvarrad, a Última Hora. También fue amante del motor, siendo de esta manera miembro activo y presidente de la Asociación MoterosUnidos de Baleares, con quienes recorrió kilómetros por Mallorca y otras regiones del país. Aun así, el cáncer de páncreas que sufría le quitó la vida.
«Las enfermeras lo llamaban Papá Noel por su barba blanca», cuenta la mujer al medio citado. Tal fue la buena atención que tuvo este paciente oncológico que Gabriel confesó a Sedi el deseo de donar todo el patrimonio que poseía a IB-Salut como muestra de agradecimiento.
Según cuenta la mujer, el mayor deseo de Gabriel era dejar la herencia al sistema de salud para garantizar que los pacientes terminales pudieran pasar sus últimos días con sus familiares en habitaciones individuales. Gabriel tomó la decisión de hacer la donación en sus últimos días mientras compartía habitación con otro paciente y les separaba únicamente una cortina.
Javier Ureña fue el encargado de gestionar la donación y preguntó a Sedi cómo querían que se empleara el dinero, a lo que ella aseguró que la prioridad eran los pacientes terminales para que los pacientes pudieran estar acompañados de su familia en una habitación individual. También se ha donado para que los hospitales del IB-Salut puedan alquilar habitaciones en hospitales privados si están llenos.
«Gabriel había cotizado toda la vida y estaba convencido de que en un hospital público recibiría la atención que necesitaba», explica Sadi sobre el por qué decidieron ir a ese hospital, además de ser el más cercano a su casa.
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Menos mal que Abalos y “jessi 20 minutos” ya no están.