Pascoe, integrante del elitista grupo de ‘biohackers' ha querido darle la vuelta a su existencia cambiando su edad biológica. Este plan, milimétricamente diseñado y sin margen para la sorpresa, al que dedica unos 30.000 dólares anuales, arranca todos los días cuando se levanta, al hacerlo sin alarmas. Antes de levantarse se conecta a un aparato que mejora su circulación sanguínea y después realiza una tabla de estiramientos para la parte baja de la espalada.
«Considero que mi cuerpo es como un preciado caballo de carreras o un vehículo de alto rendimiento. Sólo voy a tener un cuerpo para toda la vida, así que, como cualquier otra posesión valiosa, lo trataré con reverencia e invertiré profusamente en cuidar su apariencia, rendimiento, combustible, cuidado y mantenimiento. ¡Solo desearía haber sabido y aplicado tolo lo que sé ahora hace décadas!», afirma Pascoe.
El millonaria arranca la mañana con una extensa lista de 150 complementos al día que reparte de durante la jornada y escucha sus podcast favoritos. Asimismo, según detalla El Mundo, sigue con disciplina soviética una rutina que contempla (no siempre en este mismo orden): cinco minutos de saltos en una mini cama elástica; 15 minutos de estiramientos; otros 15, de foam roller; tabla de inversión, cinco minutos; cepillado de dientes; raspado de lengua; lavado de cara; y báscula".
Pasocoe continúa con su apretada agenda para este tratamiento, ya que tiene que exponerse brevemente al sol, hacer un paseo o una carrera al aire libre (en invierno lo hace en una cinta estática), tabla de ejercicio, sauna, sesiones con dispositivos varios, ducha y rutina de belleza. Añade también donaciones de plasma cada dos o tres semanas y tratamientos de oxigenoterapia hiperbárica (HBOT).
En su desayuno, de lunes a viernes come plátano verde y 'bowl' de chía, nueces y bayas (frambuesas, goji, arándanos, etc) con leche de almendra. Sábado, plátano verde, tortilla de cuatro huevos con champiñones. Domingo, tortilla con huevo extra y setas.
Según el medio citado anteriormente, Pascoe confiesa que, a veces, no tiene tiempo para almorzar pero, cuando lo hace, el plato fuerte suele ser una lata de conservas: sardinas salvajes, mejillones, ostras o caballa. Gambas, aguacates y una ensalada (de espinacas 'baby', mezcla de brotes, lentejas, guisantes, etc), manzanas verdes, peras y naranjas completan un menú.
En cuanto a la tarde, escucha podcast o audiolibros y ve YouTube, para luego seguir con su cena entre las 15 y las 17 horas, con una ración de proteínas y algo de arroz basmti, quinoa, brócoli, zanahorias, cebolla y setas.
Tras tomar otros suplementos y ver Netflix, atenúa la iluminación de su casa y adapta su reloj biológico para dormir. Una sesión de bosu, un par de kiwis, unos pistachos (solo de vez en cuando), cepillado de dientes, rutina de belleza facial y corporal y a la cama para rezar y agradecer todo lo bueno para seguir otro día más con su plan.
3 comentarios
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pues yo para cenar un trozo de pan con sobrasada y una paja y aqui estoy con 60 años haciendo pared de piedra
Como decía Leo Harlem en un monólogo cuando el doctor le quitaba comida grasa y alcohol, "va a vivir más, sí, pero se le va a hacer eterno".
Esto es cuidarse... y lo demás son tonterías. 🤣