Lisboa ha vivido el pasado fin de semana el evento más multitudinario de su historia al acoger la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). De ese encuentro una imagen se ha hecho viral con diferencia: un sacerdote pincha música tecno al atardecer al más puro estilo Ibiza generando un momento único. Un intento de la milenaria iglesia católica por conectar con los jóvenes que parece que ha sido todo un éxito.
Por otro lado, la valoración de diversos obispos españoles al concluir la misa final de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa es la fuerza de sus mensajes que han llegado al corazón de los asistentes, según recoge Europa Press.
Para monseñor Carlos Escribano, «el Papa ha dicho muchas cosas interesantes, dentro en la brevedad de sus palabras. »No ha sido prolijo a la hora de hacer los discursos, pero lanza ideas potentes. El hecho de que en la Iglesia caben todos, y su gran propuesta para tocar el corazón de mucha gente que necesita sentirse acogida y querida", comenta.
El prelado advierte, en declaraciones a Europa Press, de que «el Papa recordó que en el amor y en la cruz es donde encuentras con la fuerza de Jesús, y cuando te sientes auténticamente amado. »Hay muchos jóvenes que eso lo perciben como una realidad en su vida. Muchos. Necesitan de ese amor, que se manifieste", asegura.
En todo caso, prefiere no hacer ninguna valoración: «La tienen que hacer los jóvenes, que han vivido esto con intensidad. Veo que para ellos ha sido muy estimulante y en el corazón de muchos Cristo se ha puesto en el centro, que es la idea con la que fundó estas jornadas Juan Pablo II».
Pero también hace notar una realidad: «La mayoría de los jóvenes de aquí nunca habían participado en JMJs. Son de una generación nueva. Venían con el corazón para dejarse sorprender y me parece que las enseñanzas del Papa, y las catequesis, les han tocado».
El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, subraya a Europa Press que «de la mano del lema de este año, 'Levántate y camina', el Papa invita a saber que los hombres no son anónimos. »Esa frase que tocó tanto el corazón de los chicos: que tenemos un nombre y Dios lo conoce", destaca.
En continuidad con el mensaje del Papa, el arzobispo asturiano afirma: «Tenemos que ser santos, que es lo que el Papa ha dicho: '¡Todos, todos, todos!' Pero en ese 'todos' quien elige es la persona, y por tanto, su libertad. Todos tenemos sitio en la Iglesia, ha dicho el Papa, pero luego es cada uno quien, con su libertad, decide si, teniendo sitio, quiere quedarse. Es su vida la que decide, ayudado por la gracia de Dios. Pero es lo que pedimos a los jóvenes: que decidan bien, y se dejen ayudar por esa gracia», ha recalcado.
Sanz también ha explicado que «la experiencia de la universalidad católica que se vive en la JMJ es algo que toca el corazón de tantos chicos y chicas porque a veces tienen que vivir su fe en ambientes »hostiles«, en los institutos, en sus ambientes, y »tener esta experiencia de verdadera comunión fraterna cristiano en torno a Jesús, en torno a María, llena el alma".
Por su parte, el obispo de Vitoria, monseñor Juan Carlos Elizalde, se fija también en el modo de hablar de Francisco: «Ha llegado mucho su vitalidad, entusiasmo. Cuando deja los papeles, se crece, habla a borbotones y desde el corazón. Han sido mensajes más sencillos, al no depender del texto, pero veo que llega al corazón de los jóvenes. Uno de Vitoria me decía que habia sido la experiencia más profunda de su vida. Es un ejemplo de cómo un chaval, sin experiencia especial, esto le puede llegar al fondo».
Por otro lado, matiza; «El Papa no cambia la doctrina, lo que sí impacta es su modo de decirlo porque refleja situaciones de los jóvenes en que se perciben reflejados y entendidos»
Mientras, José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada, por su parte, hace referencia a la paz: «El Papa expone el sueño de los jóvenes por la paz, y la paz solo se encuentra en Cristo. Me parece que esta jornada es unargumanto importantísimo para la esperanza de la iglesia, al ver tantos jóvenes que a pesar del esfuerzo y el cansancio tienen las ondas cogidas del espíritu de Cristo».
Aunque no ha podido participar el todos los actos, el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid, valora el ambiente: «Da una nota de una nueva creatividad a la hora de la elaboración de las JMJ. La fidelidad al impulso misionero es notable. El Papa va por ese camino».
Además, el arzobispo castrense, Juan Antonio Aznarez se fija en un mensaje del Papa que ya repetía su antecesor Juan Pablo II: «N tengáis miedo». «Como trasfondo de sus palabras siempre ha estado el anuncio de la Buena Noticia, que uno encuentre la paz, el sentido de su vida. Como la Virgen, mueve a salir de uno no òr las fuerzas propias, sino con Cristo», explica.
Por su parte, el obispo de Segovia, César Franco, explica que «cada jornada tiene su singularidad». «Esta ha sido muy atractiva en algunos aspectos, quizá en otros ha estado poco fuerte», matizaba.
De los nueve mensajes públicos que ha dirigido el Papa en el entorno de la JMJ, resalta «lo que dijo de la Virgen de que en el amor está la misión, y que levantarse es ser apóstol y misionero». «Y que las raíces de lo que hemos recibido las tenemos que llevar a los demás. Está hablando de una tradición en la Iglesia que no se puede perder, y que el fundamento es la tradición de la fe, y el convencimiento de que Cristo es el camino», concluye.
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