Conoce la historia del fundador de Corporal Plastic Center, Manuel Javier Rincón Almanza, en el mundo de la estética.

Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), en 2022 y lo que va de 2023, se realizaron 732,783 procedimientos estéticos quirúrgicos y no quirúrgicos en Colombia. En este contexto, destaca el cirujano plástico Manuel Javier Rincón Almanza, miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica y fundador de Corporal Plastic Center, una institución privada líder en la prestación de servicios de cirugía plástica, estética y reconstructiva. Con un enfoque integral y una constante búsqueda de la excelencia, el Dr. Manuel Rincón se ha comprometido a ofrecer a sus pacientes las técnicas más avanzadas del mundo de la cirugía plástica, garantizando resultados sobresalientes y satisfactorios.

En Corporal Plastic Center, la misión es brindar un servicio de alta calidad que satisfaga las expectativas y necesidades individuales de cada paciente. Respaldados por la experiencia y la dirección del Dr. Manuel Javier Rincón Almanza, se esfuerzan por ofrecer procedimientos seguros y efectivos que mejoren tanto la calidad de vida como la autoestima de los pacientes. En esta entrevista, el Dr. Manuel Rincón Almanza nos cuenta cómo surgió su vocación por la cirugía plástica, qué lo motivó a seguir esta carrera y cuáles son los aspectos que más disfruta, así como sus proyectos más significativos.

Dr. Manuel Javier Rincón Almanza, con su vasta experiencia y conocimientos en el mundo de la estética, ¿podría compartir algo más sobre su trayectoria profesional? ¿Cuánto tiempo lleva trabajando en este sector?

Tuve la fortuna de formarme en el Hospital Servidor del Estado en Río de Janeiro, una institución médica de gran envergadura. Este hospital cuenta con numerosos docentes en cada especialidad, lo que me permitió identificar claramente las mejores prácticas, las deficiencias y qué técnicas funcionaban bien en mis manos antes de graduarme. Además, tuve la oportunidad de acompañar a varios cirujanos en su práctica privada, observando sus métodos y comprendiendo qué les funcionaba a ellos. Esta experiencia complementaria me brindó gran seguridad y tranquilidad.

Por supuesto, al inicio siempre existen vacíos e inseguridades, pero con los años, la experiencia aporta confianza y dominio en la especialidad. La cirugía es un campo donde nunca se repite un caso de manera idéntica, lo que exige una concentración y dedicación constantes. Aunque algunas técnicas y procedimientos puedan parecer repetitivos, cada caso es único y requiere atención minuciosa.

Dada su experiencia y conocimientos en medicina, Manuel Javier Rincón Almanza, ¿qué lo motivó a especializarse en cirugía plástica?

Cuando comencé a estudiar medicina, mi intención era convertirme en neurocirujano. Sin embargo, durante mi formación, me di cuenta de que no era lo mío; la neurocirugía me resultaba muy deprimente y en ese momento no estaba logrando grandes avances. Así que decidí buscar otras opciones. Reflexioné sobre lo que nos diferencia a los seres humanos de otros animales y concluí que la mano es una de esas cosas. La mano me fascinaba, así que empecé a profundizar en su estudio. Eventualmente, esto me llevó a la cirugía plástica con el objetivo de especializarme en la mano.

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Hoy en día, solo realizo una o dos cirugías de mano al año. La vida me fue guiando hacia el campo de la estética, donde descubrí su gran importancia. Me di cuenta de que no debería haber una diferencia entre la estética y la reconstrucción, ya que muchas veces lo que las personas necesitan es ese pequeño detalle que les falta para sentirse completos. Cuando uno logra ayudar a alguien con esto, la vida de esa persona cambia significativamente.

¿Qué te parece más gratificante en su práctica/labor?¿Cuál considera que ha sido su mayor desafío académico hasta ahora y cómo lo ha superado?

Lo más gratificante, sin duda, es ver el cambio integral que podemos ofrecer a nuestras pacientes. No es solo la mejora física, que ciertamente es importante, sino cómo ese cambio físico repercute en su seguridad y en la forma en que se perciben a sí mismas frente al mundo. Ese cambio es realmente significativo. Me llena de satisfacción poder brindarles algo que han soñado y esperado durante mucho tiempo. Sin embargo, el mayor desafío que he enfrentado es comprender a mis pacientes desde un punto de vista psicológico, para poder identificar y transformar aquello que realmente les causa insatisfacción. Este proceso es probablemente el más difícil.

Si bien algunos procedimientos son técnicamente complejos y requieren un alto nivel de habilidad, como las cirugías de senos o la técnica de flor de lis, las cuales son académicamente exigentes, creo que lo más desafiante es entender realmente a cada paciente.

Tomando en consideración su amplia experiencia laboral, ¿podría destacar algunos de los proyectos más significativos en los que ha estado involucrado? ¿Cuáles son los principales temas de investigación en los que ha trabajado?

Como mencionaba anteriormente, la técnica de abdominoplastia conocida como 'flor de lis' es bastante especial y no todos los cirujanos la realizan ni la recomiendan a sus pacientes. Esta técnica en particular siempre me ha interesado mucho. Por otro lado, en el ámbito de los procedimientos más comunes, la cirugía de senos destaca por su importancia. Una operación de senos bien realizada puede tener un impacto significativo en la vida de una mujer, aunque a menudo es un procedimiento complejo, lo que lo convierte en un tema muy interesante.

Desde tu perspectiva, Manuel Javier Rincón Almanza, ¿qué consejo daría a los estudiantes interesados en seguir una carrera de medicina?

Siempre he dicho lo mismo: esta es una carrera que requiere pasión. Sin un profundo amor por lo que haces, será difícil desarrollarla con éxito. La cirugía plástica demanda mucho más que un horario de trabajo de seis a seis o de ocho a ocho; consume gran parte de tu tiempo personal. Esta dedicación adicional la hace diferente y más exigente, pero también mucho más gratificante. Por ello, es fundamental estar seguro de que sientes esa pasión y, quizás, una especie de fascinación por este campo.