Así, es muy frecuente escuchar como los afectados por los virus respiratorios comentan con asombro que este año les están durando mucho, ¿a qué se debe? El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, confirma que «la duración de los casos de infecciones respiratorias en esta época del año en este final de 2023, inicios de 2024 se está incrementando levemente». En este punto, señala que «se alarga un poco más allá de los 10 días» y argumenta que se debe a que «hemos perdido inmunidad y la severidad de los cuadros son un poco más importantes».
Este invierno el virus respiratorio mayoritario es el de la gripe A, que causa fiebre, al menos, durante cinco días. Además, añade que puede derivar en bronquitis. «Muchas personas creen que están más tiempo enfermos, pero en realidad lo que les sucede es que unos virus respiratorios derivan en otros», expone March. Por ello, es muy importante saber diferenciar la patología que afecta en cada momento. Sin embargo, no es fácil, puesto que los virus respiratorios tienen una sintomatología muy parecida.
¿Cómo distinguir la gripe de la COVID?
El citado especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva lo resume de la forma de diferenciar este año los virus respiratorios de la siguiente manera: «Si en casa estamos todos (o casi todos) con fiebre, tos, mocos, dolor de cabeza, dolores musculares, molestias abdominales… no es COVID, es gripe». No obstante, reconoce que «distinguir la COVID de la gripe puede ser difícil porque los síntomas son muy parecidos». Pinchando en este enlace puedes encontrar toda la información necesaria para poder distinguirlos. Además, señala que ambos «se contagian de manera parecida». En concreto, «se transmiten mediante pequeñas partículas que se expulsan de la nariz y la boca al estornudar, toser, cantar o hablar, lo que aumenta la posibilidad de infectar a las personas que se encuentran cerca. Es posible que las contagiados no tengan síntomas, pero aun así pueden transmitir cualquiera de los dos virus».
Factores de riesgo
March destaca que «la obesidad aumenta el riesgo de complicaciones graves y muerte por gripe, especialmente en personas de edad avanzada. Se demostró que los adultos obesos sintomáticos tardan un 42 % más de tiempo en eliminar el virus de la gripe A un 42 % que los no obesos. Por tanto, sabemos que la obesidad aumentó la duración de la eliminación de la gripe A en un 104 %».
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