Tras perder a su padre, la periodista optó por continuar escribiéndole cartas en las que ella misma aparece como remitente y cuya función principal es servir de desahogo, tal como ha comentado a través de sus redes sociales. Así, una vez al mes, coloca un folio en blanco frente a ella y comienza a escribir, poniendo al día a su progenitor, aunque él ya no esté en el plano mortal.
«Lo bueno de escribir a los muertos es que les puedes brasear a cartas sin que parezca que les acosas. O no, no sé», ha escrito la comunicadora en una publicación de Instagram. «Lo que no termina de gustarme es que no te puedes ilusionar con recibir respuesta, salvo que creas en lo esotérico y te descuelgues montando una ouija y establecer así una relación epistolar, tan original, como digna de estudio de un buen psicólogo», continúa Martín Blázquez.
«Está mucho más vivo que muchos que me echan el aliento en el cogote en pleno mes de agosto», confiesa la periodista. La mujer ha explicado, además, que lleva años escribiendo cartas a su padre. «El otro día, intentando poner orden en una habitación de mi casa, saqué las cajas con toda la correspondencia escrita a padre. Empecé a leer las primeras y me acordé de cómo me inventaba sus respuestas en cartas que, imaginaba, me devolvía él».
La comunicadora ha comentado, además, que le ha sorprendido descubrir que no es la única en su familia que lleva a cabo esta práctica. Pese a que nunca se lo habían dicho, su madre hace exactamente el mismo ritual para sentir que sigue en contacto con él: «Me sorprendió que ambas estuviéramos haciendo lo mismo ocultándonoslo».
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