El domingo 3 de enero, el intérprete sopló las velas sobre el escenario, donde recibió la sorpresa de sus padres, con quienes, supuestamente, llevaba algunas semanas sin tener contacto. Aunque, cuando la revista Semana publicó el presunto problema familiar, el coreógrafo lo negó.
Sin embargo, este fin de semana, Amargo ha terminado confesando ante los medios que sí existía un problema entre él y sus progenitores: «He hecho las paces. Ellos son muy correctos, entonces cualquier cosa me la miden mucho, en el buen sentido de la palabra, pero ya tengo 46 años», comentaba el bailaor.
De forma inesperada, los padres del artista dejaron claro que, aunque a veces existan disputas entre padre e hijo, los lazos familiares siempre se imponen sobre el resto. Así, Florentino, padre de Amargo, ha vuelto a acercar posturas con el bailaor.
Aunque durante el mes de diciembre la relación entre el artista y su padre no pasaba por su mejor momento, una fuente cercana a coreógrafo ha confirmado que seguía manteniendo el contacto con su madre: «No se habla con su padre, con su madre sí. Se ha alejado de él porque le dice las cosas como son. A su padre hay cosas que no le gustan y le habla claro. Él es quien le está dando la espalda a mucha gente porque no quiere oír ciertas cosas».
La misma fuente reveló, también, que se terminarían reconciliando: «Es su padre y solo hay uno». Ahora, el artista cuenta con el apoyo de los suyos, entre los que se encuentra su esposa, Luciana, que también fue detenida por tráfico de drogas y organización criminal y que, al igual que Amargo, fue puesta en libertad.
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Ahora me entero que tienen pirulas familiares. 😘