La empresaria estadounidense compró la vivienda en 2017 por 10 millones de dólares, por lo que ha logrado elevar su valor. Para ello, pidió consejo a profesionales de la talla de Waldo Fernández y Kathleen y Tommy Clements.
Katharina Harf, hija del gurú de cosmética Peter Harf, ha sido la afortunada que se ha hecho con el inmueble. Curiosamente, su padre fue quien compró la línea de cosmética de Kylie Jenner, Kylie Cosmetics, por 600 millones de dólares.
La casa estilo rancho de la que la estrella de Keeping it up with the Kardashians ha conseguido desprenderse ocupa un total de 900 metros cuadrados y cuenta con seis dormitorios y ocho baños.
Además, su luminosidad se potencia con los tonos blancos y las maderas claras que predominan en algunas partes de la casa como son el vestíbulo, las salas de estar, los comedores formales, la chimenea, la cocina profesional de mármol italiano o los suelos de nogal que cubren toda la planta de la casa.
La mansión, que antes pertenecía a la famosa presentadora de televisión Ellen DeGeneres, está ubicada justo enfrente de la espectacular casa que tienen Kim Kardashian y Kanye West.
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