El mecanismo de aprendizaje del perro consiste en oler muestras de aire exhalado, ya que el cáncer emite sustancias volátiles.

Un proyecto impulsado por la asociación cántabra Biodogtor, en colaboración con el servicio de Oncología del Hospital Universitario Marqués Valdecilla de Santander, investiga la detección del cáncer de pulmón y colon mediante el olor de muestras de aire exhalado por parte de perros entrenados para ello con el objetivo de realizar un diagnóstico más rápido y precoz en estadios muy iniciales de la enfermedad.

La puesta en práctica de la iniciativa, que lleva por nombre ‘La huella olfativa del cáncer', permitiría salvar un mayor número de vidas, dado el aumento de la probabilidad de cura, por lo que «se ahorrarían muchos costes del tratamiento que podrían destinarse a investigación», ha afirmado la etóloga y veterinaria Nuria González, una de las impulsoras de Biodogtor.

Sensibilidad

Pese a tener un 97 por ciento de sensibilidad respecto a cualquier otra prueba diagnóstica de hoy en día, tanto la etóloga como el educador y adiestrador canino de Biodogtor, José Luis García, afirman que «en ningún momento» pretenden que sea un «sustituto a ninguna prueba de diagnóstico existente, ni del criterio de un profesional», sino que buscan que esta sea una «herramienta más de la que dispondría el médico para simplemente establecer una prioridad en aquellos pacientes donde el perro muestra la sensibilidad».

Así, el doctor «le daría prioridad al paciente cuyo resultado sea positivo para las siguientes pruebas diagnósticas». En este sentido, añaden que, en cuanto al cáncer de colon, por ejemplo, «si el perro emite su señal, el médico podría mandarle una colonoscopia de urgencia». Al tratarse simplemente de olfatear muestras de aliento, esta es una técnica «muy sencilla, rápida y no invasiva», apunta la etóloga. Además, añade que otra ventaja es su bajo coste, ya que el perro puede «realizar un examen de 50 muestras en un solo minuto».