Muestras de ADN ambiental (eDNA) serán extraídas del lago Ness, en Escocia, para identificar restos de material genético que pudieran corresponder con el supuesto monstruo de estas aguas.
Un equipo global de científicos, dirigido por el profesor Neil Gemmell de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, se prepara para investigar las turbias aguas del lago Ness este mes de junio.
Una vez tomadas las muestras, luego establecerán una lista detallada de toda la vida que vive en Loch Ness y harán comparaciones entre ella y otros lagos para descubrir cómo difiere de otros sitios, si es que lo hace.
Si hay alguna evidencia de secuencias de ADN similares a las que se predice que provienen de un gran reptil marino extinto, la llamada «hipótesis del Jurásico», el profesor Gemmell dice que se sorprenderá, pero tiene la mente abierta sobre lo que podrían encontrar.
«Grandes peces como el bagre y el esturión, se han sugerido como posibles explicaciones para el mito de los monstruos, y podemos poner a prueba esa idea y otras», dice en un comunicado.
MÁS QUE BUSCAR MONSTRUOS
El proyecto, sin embargo, es mucho más que una búsqueda de monstruos. «Si bien la perspectiva de buscar evidencia del monstruo de Loch Ness es el gancho de este proyecto, hay una extraordinaria cantidad de nuevos conocimientos que obtendremos del trabajo sobre los organismos que habitan en Loch Ness, el cuerpo de agua dulce más grande del Reino Unido».
Él predice que el equipo documentará nuevas especies de vida, particularmente bacterias, y proporcionará datos importantes sobre el alcance de varias nuevas especies invasoras recientemente vistas en el lago, como el salmón rosado del Pacífico, mientras que también logra una mejor comprensión de las especies nativas que residir allí.
El uso del muestreo de eDNA ya está bien establecido como una herramienta para monitorear tiburones, ballenas, peces y otros animales. Debería revelar fácilmente qué especies viven en las oscuras y misteriosas aguas del lago Ness.
El profesor Gemmell dice que el enfoque funciona porque la vida es desordenada. «Cada vez que una criatura se mueve a través de su entorno, deja pequeños fragmentos de ADN de la piel, las escamas, las plumas, el pelaje, las heces y la orina. Este ADN se puede capturar, secuenciar y luego utilizar para identificar a esa criatura comparando la secuencia obtenida de grandes bases de datos de secuencias genéticas conocidas de 100.000 de diferentes organismos. Si no se puede encontrar una coincidencia exacta, generalmente podemos averiguar en qué el árbol de la vida que encaja en esa secuencia».
El profesor Gemmell ha reunido a un equipo de líderes científicos mundiales del Reino Unido, Dinamarca, Estados Unidos, Australia y Francia, incluidos algunos de los pioneros y líderes en este nuevo campo de estudio.
Existe un gran entusiasmo entre los miembros del equipo por el proyecto debido a la oportunidad de responder preguntas interesantes, pero también debido a la oportunidad de comunicar el proceso científico, según el comunicado de la Universidad de Otago.
«Tenemos la oportunidad a través de este proyecto de demostrar el proceso científico: cómo se establecen y prueban las hipótesis, la necesidad de replicar, usar controles y tener en cuenta el sesgo del observador utilizando metodologías de doble ciego. Estas son partes importantes de esta historia», concluyó.
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