La semana pasada impartí un taller para mujeres emprendedoras en el que trabajamos algo que se olvida en muchas ocasiones a la hora de emprender: cómo nuestros propios miedos, inseguridades y creencias limitantes pueden estar frenando el crecimiento de nuestro negocio.
A lo largo de la sesión, muchas de ellas se dieron cuenta de que no era la falta de clientes, de estrategias o de oportunidades lo que les impedía avanzar, sino la propia percepción de sí mismas y lo que creen posible para su negocio.

Esto me ha llevado a escribir este artículo, porque quiero compartir contigo algo que muchas veces pasamos por alto: el negocio solo crece hasta donde nosotras nos permitimos crecer.
No se trata solo de trabajar en tu modelo de negocio, en la web o en la estrategia de marketing. Si hay algo dentro de ti que te dice que no eres suficiente, que no estás preparada o que no mereces el éxito, ese mensaje se reflejará las acciones que tomas (o no tomas) y en los resultados que obtienes.

  • Si alguna vez has sentido que, a pesar de todo tu esfuerzo, tu negocio no despega como quisieras, pregúntate:
  • ¿Postergas decisiones importantes porque sientes que todavía no es el momento adecuado?
  • ¿Te cuesta cobrar por tu trabajo porque dudas de su valor?
  • ¿Te da miedo exponerte y hablar de lo que haces?
  • ¿Sientes que otros lo hacen mejor y te comparas constantemente?
  • ¿Rechazas oportunidades porque piensas que no estarás a la altura?

Si respondiste que sí a alguna de estas preguntas, hay algo en tu interior que necesita ser visto, trabajado y transformado. Y la buena noticia es que, cuando lo haces, todo empieza a fluir de una manera diferente.

¡Vamos a trabajar en ello!

Hay ciertos miedos que se repiten en muchas emprendedoras. ¿Te identificas con alguno de ellos?
Miedo al fracaso: «¿Y si no funciona?»

Este miedo nos hace postergar proyectos, quedarnos en la zona segura y no arriesgar por temor a perder.

Ejemplo: Llevas meses queriendo lanzar un curso, pero siempre encuentras una excusa para no hacerlo: que si la web no está perfecta, que si necesitas más seguidores, que si la competencia es fuerte… En realidad, lo que temes es que nadie se apunte y sentir que «has fracasado».
Cómo enfrentarlo: El éxito no es un todo o nada. Cada intento es un aprendizaje. Lánzalo en pequeño, prueba y ajusta.

Miedo al qué dirán: «¿Y si me critican?» Nos frena el miedo a la opinión de los demás.

Ejemplo: Quieres empezar a compartir contenido en redes sobre tu negocio, pero cada vez que vas a publicar, piensas en lo que dirán tu familia, tus amigos o tus excompañeros de trabajo. Así que lo dejas para otro día… que nunca llega.

Cómo enfrentarlo: Enfócate en quién necesita tu mensaje, no en quién podría criticarte. Si tu negocio ayuda a alguien, ¿por qué vas a esconderlo?

Miedo al éxito: «¿Y si crece demasiado y no puedo manejarlo?»
Puede sonar extraño, pero muchas veces lo que nos frena no es el miedo a fallar, sino el miedo a que las cosas salgan bien y no sepamos gestionarlo.

Ejemplo: Te da miedo que, si tu negocio crece, no puedas manejar la carga de trabajo, tengas que contratar equipo o salgas de tu zona de confort.

Cómo enfrentarlo: Confía en que, cuando llegue el momento, tendrás las herramientas para gestionarlo. Nadie empieza «preparada», el aprendizaje viene con la experiencia.

Bajar la mente al cuerpo: la clave para desbloquearnos
Por regla general intentamos superar estos bloqueos solo desde la mente. Buscamos más formación, más información, más estrategias… Pero no basta con entender el problema. Hay que sentirlo y experimentarlo en el cuerpo para poder transformarlo de verdad.

Aquí es donde herramientas como la meditación y la pintura intuitiva se vuelven poderosas aliadas.
La meditación nos permite silenciar el ruido mental y conectar con lo que realmente queremos, más allá de nuestros miedos y creencias.
Pintar intuitivamente, nos permite plasmar nuestros deseos y soltar bloqueos sin necesidad de racionalizarlos. Cuando dejamos que los colores y las formas fluyan sin juicio, a menudo encontramos respuestas que nuestra mente no nos dejaba ver.
Te propongo un ejercicio para empezar a desbloquearte.
-Siéntate en un espacio tranquilo y cierra los ojos. Respira profundamente y relaja tu cuerpo.
- Visualiza tu negocio como te gustaría que fuera. ¿Cómo te ves? ¿Cómo te sientes? ¿Qué estás haciendo?
-Siente si hay alguna resistencia o bloqueo. Puede ser un pensamiento, una emoción o una sensación en el cuerpo.
-Pinta tu sensación. Sin juzgar ni buscar hacerlo bonito, simplemente deja que los colores y las formas expresen lo que has sentido.
-Observa el mensaje. ¿Qué te dice tu pintura? ¿Hay algo que necesitas soltar o transformar?
Hacer este ejercicio de manera regular te ayudará a tomar consciencia de lo que realmente sientes y desbloquear aquello que te impide avanzar.
Tu negocio solo crece cuando tú creces
Si sientes que hay algo que te frena, antes de buscar nuevas estrategias, pregúntate: ¿qué parte de mí necesita desbloquearse para dar el siguiente paso?
El crecimiento personal y el crecimiento empresarial van de la mano. No es suficiente con aprender técnicas de marketing o mejorar tu producto si en el fondo sigues dudando de ti misma.
Si sientes que tu negocio está estancado, en lugar de buscar más respuestas fuera, prueba a mirar dentro. Baja la mente al cuerpo, medítalo, siéntelo, exprésalo, píntalo.
Porque cuando nos atrevemos a ver y transformar nuestros bloqueos desde un lugar más profundo, el camino se abre y el negocio avanza de una forma más fluida y auténtica.
¿Y tú, qué miedo estás lista para soltar hoy?