Enero trae consigo ese deseo de empezar de nuevo, de escribir una página en blanco. Pero, si somos sinceras, ¿cuántas veces hemos comenzado el año con una lista de propósitos que, a los pocos meses, se desvanecen en la rutina diaria?
Quizás es momento de hacer las cosas de manera diferente. No se trata de proponerte metas imposibles ni de intentar convertirte en alguien que no eres. Se trata de reconectar contigo misma, de hacer pequeños ajustes que marquen la diferencia en tu bienestar y en cómo te sientes cada día.
Una mirada a 2024: Aprendiendo de los tropiezos
Antes de mirar hacia adelante, es necesario echar un vistazo atrás. ¿Qué te habías propuesto en 2024 y no conseguiste? ¿Qué sueños quedaron a medias? Muchas veces, avanzar implica aceptar que no todo salió como esperábamos y aprender de esas experiencias.
Te voy a contar algo personal. Hace un año, decidí que 2024 sería el año en el que saldría de mi zona de confort. Me propuse llevar mi mensaje a más mujeres, compartir mi conocimiento sobre salud y menopausia, y mostrarme tal cual soy. Pero, honestamente, no fue fácil.
Recuerdo uno de los primeros retos que me propuse: grabar un video en directo para todas vosotras. Parece simple, ¿verdad? Pues no lo fue. Me sentía vulnerable, con miedo al juicio y a no estar a la altura. Preparé el contenido, practiqué, pero cuando llegó el momento, el miedo me paralizó. Pensé en cancelar, en posponerlo una vez más.
Pero entonces, me dije: «María, ¿qué mensaje les estás dando a las mujeres si tú misma no te atreves a salir de tu zona de confort?» Ese pensamiento me impulsó a dar el paso. ¿El resultado? No fue perfecto. Me equivoqué, me puse nerviosa, pero lo hice. Y lo más importante: me sentí fuerte y segura de mí misma.
Construye un 2025 diferente
Mirar hacia atrás no significa quedarse anclada en lo que no salió bien. Significa tomar esas experiencias, entender qué nos frenó y usarlas como motor para avanzar. Así que te invito a hacer ese ejercicio: ¿qué te frenó en 2024? ¿Qué te gustaría hacer de manera diferente este año?
Quizás no te atreviste a priorizarte, a poner límites o a dedicar tiempo a lo que realmente te llena. Pero este nuevo año es una oportunidad para cambiar eso. Y no necesitas hacerlo todo de golpe. Como te dije antes, los pequeños pasos marcan grandes diferencias.
Por ejemplo, si sientes que el ejercicio físico es una asignatura pendiente, no te propongas un plan inalcanzable. Empieza por moverte un poco cada día. Si el descanso ha sido un desafío, establece una rutina sencilla que te permita relajarte antes de dormir. Y, sobre todo, si sientes que te has olvidado de ti misma, dedica un momento diario para reconectar contigo.
La lista de quejas: Creencias que nos limitan
Ahora quiero que hagamos juntas un ejercicio. Piensa en esas frases que, consciente o inconscientemente, repites cuando te miras al espejo o cuando hablas de ti misma. Esas quejas que parecen verdades absolutas, pero que en realidad no son más que creencias limitantes que hemos ido acumulando a lo largo de los años. Aquí te dejo algunas de las mías:
«Ya no tengo la energía que tenía antes.»
«Mi cuerpo ya no es el mismo, ¿para qué esforzarme?»
«No consigo dormir bien, así que todo me cuesta más.»
«Con esta edad ya es tarde para hacer cambios.»
«Mis hormonas están descontroladas, no hay nada que pueda hacer.»
«El estrés es parte de mi vida, no puedo evitarlo.»
«Estoy siempre cansada, es lo que toca ahora en la Menopausia.»
«El ejercicio ya no me sirve de nada, no veo resultados.»
«La menopausia me ha robado la motivación.»
«Mi piel, mi pelo... todo está cambiando para peor.»
«Ya no me siento atractiva ni deseada.»
«Mis pocas ganas de sexo son inevitables, es lo que toca a esta edad.»
«No puedo mejorar mi situación, es lo que hay.»
Este 2025, te animo a que cada vez que te sorprendas quejándote, te preguntes: «¿Cómo puedo transformar esta queja en una acción poderosa que me impulse a cuidarme mejor?»
El cambio comienza con la manera en que te hablas a ti misma. Si te tratas con amabilidad, paciencia y comprensión, verás cómo empiezas a tomar decisiones que suman en tu bienestar.
Pequeños pasos, grandes transformaciones
Aquí te dejo algunos ejemplos de cómo lo hago yo:
De: «Ya no tengo la energía que tenía antes.» A:Identifico las tareas esenciales y delego el resto. Priorizo actividades que realmente me llenan y me permiten cuidar de mi bienestar sin agotarme.
De: «No consigo dormir bien, así que todo me cuesta más.» A:Apago el móvil una hora antes de dormir, tomo una infusión relajante y leo algo ligero para desconectar.
De: «Estoy siempre cansada, no tengo tiempo para mí.» A:Agendo «citas conmigo misma». Delego tareas, me quito responsabilidades que no son esenciales y aprendo a decir ‘no’ sin culpa.
Este año me comprometo a transformar mis pensamientos limitantes en afirmaciones que me impulsen a cuidarme mejor. Cada pequeño paso cuenta, y merezco avanzar hacia un 2025 lleno de energía, bienestar y amor propio.
Y recuerda, querida lectora: «Esta es tu oportunidad para cuidar de ti y empezar a llenar tu hucha de salud. ¡Si quieres que todo siga como a los 40, tienes que empezar a cambiar las cosas! A los 40, pero también a los 50 y 60, empieza a ahorrar en salud. Será la mejor inversión de tu vida.
¡Cuidando de Ti, desde dentro hacia afuera!
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