La Navidad no siempre mejora la sensación de soledad de las personas. | Jose Antonio Alba from Pixabay

Las fiestas navideñas son un momento de reuniones que se celebran con gran intensidad y donde también se recuerda a algunas personas. Durante esta época también se retoman relaciones que durante el año no se tienen, pero no para todos es beneficioso este momento, ya que muchas se sienten solas el resto de días y los expertos coinciden que puede tener el efecto contrario cuando finaliza la Navidad.

«La cultura y las tradiciones sociales son una parte importante de los modos de convivencia. Hay fechas muy señaladas en las que las familias se reúnen y se celebran determinados eventos. Pero esto no es ninguna garantía para rebajar el sentimiento de soledad que puedan vivir algunas personas. Es más, puede ser una forma de revivir esta soledad y de profundizar en ella, aunque estén rodeadas de personas cercanas», explica Daniel Rueda, profesor de Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Por el momento, según la UOC no hay una fórmula mágica o estrategia para poder abordar el sentimiento de soledad así como sus consecuencias, puesto que cada persona es diferente. «Navidad es como una burbuja: las luces, la felicidad, todo para quien lo puede vivir y disfrutar es muy placentero. Pero cuando termina, llega el lunes más triste del año, una caída en picado desde esa burbuja, que no es real», destaca Zenaida Aguilar, profesora colaboradora de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. Asimismo, Rueda destaca que «ante una sociedad de ruido y cambio acelerado, ocuparse de los otros y poder escucharles y dar soporte empiezan a ser conductas cada vez más infrecuentes.

«Empiezan a no ser anecdóticas las noticias que informan de personas mayores a las que encuentran muertas en su casa sin que nadie las haya echado de menos. El hecho de que en esta sociedad se produzcan estas situaciones debería hacernos pensar en si el estilo de vida, el individualismo, la proclamada autonomía y el respeto a la privacidad deben ser los valores de lo que entendemos por sociedad, comunidad, proximidad. Ponemos muchas barreras físicas y mentales que nos llevan a esta desvinculación y desinterés por el prójimo», remarca Rueda

La solución ante la sensación de soledad no deseada, según destacan los expertos, no es fácil, aunque si se tiene en cuenta que esta sensación tiene su origen en una sociedad individualista en la que las relaciones no siempre prosperan y, muchas veces, son interesadas, «parece evidente que apostar por vínculos más empáticos podría contribuir a mejorar la sensación de soledad que todos, en mayor o menor medida, podemos sentir en algún momento.

Asimismo, Rueda expone que tener en cuenta y conocer los deseos, anhelos o problemas que vive cada segmento de la población, así como interesarse por ellos, son cada vez cosas que se ven menos. También destaca que la soledad si la soledad se ha convertido en un problema para alguien, «lo más adecuado es acudir a profesionales».