Carme Ruscalleda.

La cocinera Carme Ruscalleda ha alertado de que la juventud está «desorientada» en cuanto a la gastronomía, por lo que ha pedido a la Administración que el sistema educativo incluya materias relacionadas con la cocina y la nutrición. La chef catalana ha ofrecido una rueda de prensa en Logroño junto al concejal de Promoción, Miguel Sainz, y el presidente de la Academia Riojana de Gastronomía, Pedro Barrio.

La única mujer cocinera con siete estrellas Michelin a lo largo de su carrera en sus tres restaurantes (tres por Sant Pau en Sant Pol de Mar, dos por Moments en Barcelona y otras dos por Sant Pau de Tokio) ha asegurado que la restauración es «la postal amable» que invita a viajar.

En este mundo «tan moderno», ha indicado, la sociedad ha adoptado unas formas de comer que no se corresponden con la herencia de una tradición y una cultura de una de las zonas más longevas del mundo. Por ello, ha ensalzado los valores del «crisol cultural, diverso y variado», que forma España.

«Las fórmulas de los que nos han precedido pueden parecer propuestas hechas desde la pobreza o con pocos medios, pero son creaciones mágicas y bocados que pueden seducir al gourmet más exigente del mundo. Por eso es importante no perder esa singularidad de la cultura que nos rodea», ha recalcado.

Descendiente de familia de agricultores, ha defendido al sector primario, que «tan mal lo está pasando», ya que cree que, sin el trabajo de los agricultores, ganaderos, pescadores y cultivadores, «la mesa perderá carisma y autenticidad». Ruscalleda ha insistido en que no puede olvidar la tradición culinaria, por lo que ha recomendado a las familias con niños pequeños que pongan en sus platos «los 40 principales» de la gastronomía regional, con productos basados en la estacionalidad.

Ha reconocido que hay una oferta gastronómica de «cuarta o quinta gama», que ofrece productos «por un camino más cómodo, pero no tan saludable» y que provoca la pérdida del sector primario.

Autodidacta en cuanto formación culinaria, ha constatado que actualmente en las escuelas de cocina hay más mujeres que hombres, por lo que recalcado que «el talento no tiene género». «Que se prepare la sociedad, acabamos de empezar. A una mujer ya nadie la veta, puede abrir su negocio y no hay empresarios que sean reacios a contratarla», ha subrayado.

Sin embargo, ha apuntado que «una mujer analiza mucho dónde se mete y sabe que si su trabajo le va a reclamar la vida, tendrá que adoptar el modelo masculino para dedicarse enteramente a su profesión». Ha explicado que, para adoptar ese «modelo masculino», una mujer cocinera tiene que tener cubiertas las espaldas de su casa y resueltos los cuidados a niños y mayores, «para dedicarse en cuerpo y alma a la profesión que ha escogido».

Por su parte, Barrio ha recordado que, aunque esta cocinera cerró su restaurante en 2018, a sus 72 años es una mujer «muy ocupada» que se dedica a la divulgación de la gastronomía y a escribir libros, por lo que ha agradecido que atendiese la invitación de la Academia de Gastronomía de forma desinteresada.