Audiencia Provincial de Madrid. | Europa Press - Alberto Ortega

Un acusado de maltratar y vejar a su expareja, a quien llegó a agredir por no hacerle la comida, ha aceptado un acuerdo que le permite sustituir el año y siete meses de cárcel que se le reclamaba por trabajos en beneficio de la comunidad al aplicarse una eximente incompleta por alteración psíquica.

En el juicio, el procesado ha reconocido los delitos que se le imputan, entre ellos de maltrato en el ámbito familiar; coacciones leves en el ámbito familiar; allanamiento de morada y un delito leve continuado de vejaciones injustas.

Ante el reconocimiento de los hechos, la defensa, el fiscal y la acusación particular han alcanzado un acuerdo de conformidad por el que el procesado acepta trabajos en beneficios a la comunidad por los delitos, prohibición de tenencia de armas y cuatro meses de prisión.

Además, se le impone la medida de libertad vigilada consistente en la obligación de seguir tratamiento médico externo durante dos años por el delito de allanamiento de morada y un año por el resto de los delitos, siendo en total cinco años de libertad vigilada.

El acusado mantuvo una relación sentimental durante algo más de dos años con la víctima, conviviendo juntos en un local de Madrid. En abril de 2021, el acusado se dirigió a su pareja sentimental exigiéndole de malos modos que le hiciera la comida, tras lo cual le propinó una bofetada en el rostro, sin ocasionarle lesión.

Entre finales del mes de mayo y principios del mes de junio de 2021, el acusado cogió a su pareja de la cara y empleando violencia le abrió la boca, contra la voluntad de R.S.H., no ocasionándole lesiones.

Una vez rota la relación sentimental, la mujer se mudó a principios de junio a una vivienda donde residía una pareja amiga suya, una madre y su hijo. El acusado, «molesto por ello», comenzó a enviar mensajes amenazantes por teléfono al hijo en los que le advertía de que si no echaba a su expareja de su casa le iba a cortar el cuello o «reventar la cara con un hacha».

El mismo día que envió el último mensaje, el acusado se presentó en el domicilio de la pareja, y desde la calle comenzó a proferir gritos al tiempo que les advertía de que iban a tener problemas si seguían dando cobijo a R.S.H.

Posteriormente se subió al tejado de la vivienda y se descolgó con una cuerda hasta introducirse por la ventana de la cocina en el piso donde habitaba su expareja con sus amigos a quien cogió por la cabeza y zarandeó con violencia,« tras lo cual, al ver que habían llamado a la policía, volvió a escapar por la ventana llegando hasta el suelo y huyendo del lugar».

El acusado padece trastorno de la personalidad, presenta un consumo habitual de bebidas alcohólicas y puntual de drogas de abuso, y en el momento de los hechos relatados más arriba presentaba una merma de sus facultades de entendimiento y voluntad.