El Ministerio recalca la tendencia al alza que se mantiene en los delitos contra la libertad sexual (17.389 infracciones penales el pasado año incluidas las violaciones frente a los 13.545 casos del año anterior a la pandemia). Un aumento que, según Interior, «debe ponerse en relación, en parte, con las activas políticas de concienciación y de reducción de la tolerancia social frente a este tipo de delitos, lo que se traduce en una mayor disposición de las víctimas a denunciar y reduce los niveles de infradenuncia existentes en estos tipos penales».
El balance de criminalidad de 2022 cifra en 2.325.358 el número de infracciones penales contabilizadas por las fuerzas de seguridad, lo que sitúa la tasa de delincuencia en España en 48,8 hechos penales conocidos por cada mil habitantes, un índice alejado del 79,5 del Reino Unido, del 74,8 de Bélgica, del 60,7 de Alemania o del 53,9 de Dinamarca.
Por primera vez, el informe recoge la evolución de la ciberdelincuencia. Así, en el pasado año se registraron 375.506 delitos de este tipo, un 22,9 por ciento más que en 2021 (cuando aún había restricciones a la movilidad por la covid-19) y un 72 por ciento de aumento sobre 2019, el año de referencia anterior a la pandemia. Y en este apartado las estafas informáticas -un total de 336.778- fueron las que más subieron, con un alza del 26,1 por ciento en relación a 2021 y del 75,1 por ciento sobre 2019. Interior quiere ofrecer una información más completa acorde con la evolución real de la criminalidad en España, «afectada por la creciente penetración y el uso de internet desde hace ya algunos años».
Ello «ha provocado una fuerte transición de la realidad delincuencial entre la criminalidad convencional o tradicional (el 83,9 por ciento del total), que desciende (un 1,6 por ciento respecto a 2019), y las nuevas formas de criminalidad cometidas en el ciberespacio, la cibercriminalidad, que mantiene una tendencia al alza». La estadística recoge los datos aportados por la Policía Nacional, la Guardia Civil, las fuerzas de seguridad autonómicas y diversos cuerpos locales.
El año pasado hubo menos robos que antes de la pandemia, con un descenso global de 9,1 por ciento en robos con violencia e intimidación, en domicilios, sustracciones de vehículos y hurtos. No obstante, todos crecen si se compara con 2021. Como aumentan también los delitos de tráfico de drogas (un 14,4 % sobre 2019 y un 3,8 sobre 2021).
Pero Interior vincula este aumento a la actuación de las policías en dispositivos específicos como el Plan Especial de Seguridad para el Campo de Gibraltar, ya que del tráfico de drogas se producen muy pocas denuncias. Respecto a los homicidios consumados, el pasado año se registraron 325 frente a los 293 del año anterior y los 331 de 2019. Asimismo, las fuerzas de seguridad tuvieron conocimiento de 26.422 delitos de lesiones y riñas, en torno a un 30 por ciento más que en los dos años con los que se compara.
Interior hace referencia también a las plantillas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, que han aumentado desde 2018 en 12.463 efectivos hasta los 154.535. Esta «fuerte» recuperación de efectivos policiales ha permitido, según el Ministerio, «reforzar todas las áreas operativas especializadas y de seguridad ciudadana de la Policía Nacional y de la Guardia Civil», como en la prevención y lucha contra la violencia de género (un 48,5 por ciento de aumento) o la lucha contra el terrorismo (4,6 % más). Además, resalta el esfuerzo presupuestario en inversión en seguridad, que alcanzó el 0,59 por ciento del PIB mientras que en 2017 era del 0,51 %.
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