Se trata de la primera lluvia de estrellas de esta estación del año que podrá observarse desde el hemisferio norte entre el 16 el 25 de abril. Su máximo de actividad se producirá entre el 21 y el 22 de abril, pero la Luna dificultará este año su observación, según el departamento de Astronomía del Instituto Geográfico Nacional (IGN).
De hecho, el momento de mayor esplendor de esta lluvia de meteoritos se producirá justo un día después de que la Luna alcance su fase de cuarto creciente, que ocurrirá el 20 de abril, lo que "dificultará la observación durante la primera parte de la noche", añaden.
Las Líridas tienen una tasa media de actividad de 18 meteoros por hora y pueden alcanzar una velocidad de 49 kilómetros por segundo. Esto ocurrirá durante varios días y, aunque son menos activas que otras lluvias como las Gemínidas, es cierto que algunos años "la tasa se incrementa a más de 100 meteoros por hora".
Los meteoros de las Líridas son fragmentos que pertenecen al cometa C/1861 G1 (Thatcher), que "orbita alrededor del Sol una vez cada 415 años". La Tierra suele atravesar en abril por un anillo repleto de partículas de polvo de este cometa y cuando entran en contacto con la atmósfera "se calcinan por la fricción con el aire" y crean un resplandor que nosotros percibimos como una estrella fugaz.
Es uno de los fenómenos observables más antiguos del mundo, ya que data del año 687 a.C., y tiene su punto de origen en la constelación de Lyra. Este punto se denomina radiante y es la "dirección de la cual parece provenir la lluvia de meteoros en el instante del máximo", detallan los expertos.
Una de las principales recomendaciones para poder observar esta lluvia de estrellas en toda su plenitud es acudir a un lugar en el que se pueda ver sin dificultad el cielo nocturno. Además, "es preferible un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista, como edificios, árboles o montañas".
Tampoco es conveniente utilizar instrumentos, como prismáticos, que puedan dificultar la visión, ya que las Líridas se pueden ver en cualquier parte del cielo. Sin embargo, como indican en el IGN, conviene "dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si se realiza antes de su ocaso".
Por tanto, lo ideal es ir a un espacio alejado de la contaminación lumínica, tumbarse con ropa de abrigo y esperar a que nuestra vista se acostumbre a la oscuridad del cielo.
1 comentario
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... entonces, si provienen de la constelación de Lyra y eso hace que se llamen así, cómo es que a las Perseidas se las llama "lágrimas de san lorenzo"? vaya memez