La comarca de la Marina Alta se encuentra en la parte norte de la provincia de Alicante. Su capital, Denia, es un precioso lugar bañado por el mar Mediterráneo. Su enclave es privilegiado, a los pies del Parque Natural del Motgó, y su clima permite disfrutar de ella todo el año.
Por la belleza de sus calas y playas; lo delicioso de su gastronomía (ha sido considerada Ciudad Creativa de la Gastronomía por la UNESCO) y por todos los lugares de interés que ofrece a sus visitantes, Denia es uno de los destinos más populares de la Comunidad Valenciana.
Un lugar lleno de historia
Visitar Denia es visitar un lugar lleno de historia. Como muchas ciudades mediterráneas, multitud de culturas han dejado su huella: íberos, romanos, musulmanes… Con la Reconquista, Denia quedó prácticamente despoblada, al expulsarse a todos los pobladores musulmanes. Fue repoblada a fuero de Valencia y se convirtió en un centro de poder en el siglo XIII.
Uno de los vestigios históricos más importantes de la ciudad es su castillo, que se remonta a la época islámica, entre los siglos XI y XII. Se trata de un imponente monumento amurallado que permite ver toda la ciudad desde las alturas.
En los alrededores de la villa podemos ver también parte de la historia de la localidad, con las torres de vigía defensiva del Gerro y de La Almadraba que servían para proteger a la ciudad de los ataques piratas. Las torres tenían comunicación visual y el contacto se hacía mediante espejos o fuegos para mandar señales de una torre a otra.
Una ciudad mediterránea
Pasear por Denia es pasear por una ciudad con esencia mediterránea. Como en muchas otras localidades, encontramos el barrio de los pescadores, Baix la Mar, repleto de rincones pintorescos y en donde son imprescindibles la Plaza de San Antonio y la Plaza de la Creu.
El barrio de Les Roques es el otro barrio destacado de la villa. Junto al Baix de Mar, constituyen los más antiguos. Este barrio formaba parte de la ciudad árabe, anterior a la reconquista y se sitúa muy cercana a la puerta del castillo. Vale la pena visitar las calles Hospital, San Crsitóbal, Guante, San Francisco y Salto.
Pero aún queda lo más bonito que ver en Dénia: su atardecer. No hay guía turística que no recomiende este momento mágico en las playas de la ciudad, cuando un festival de tonos rojos va dando paso a la noche.
Naturaleza en Denia
El parque Natural del Montgó, macizo rocoso que protege a la ciudad de los fuertes vientos, recibió esta calificación en 1987. Alberga un sinfín de especies vegetales y animales. A lo largo de su extensión, entre los términos de Jabea y Denia, ofrece numerosas rutas senderistas para los amantes de la naturaleza.
También pueden visitar la vía verde de Denia, por donde antaño discurría el ferrocarril de vía estrecha entre Denia y Gandía. Tras años de abandono fue recuperado por la Administración dentro del programa de Caminos Naturales. Hoy en día esta vía verde tiene una distancia de 6,5 km hasta el Vergel, que se pueden visitar a pie o en bicicleta.
Otro de los atractivos naturales de Denia es la Reserva Natural del Cabo de San Antonio, un espacio protegido de valor ecológico incalculable. Es ideal para la práctica del submarinismo, pero es necesario el permiso para realizar esta actividad y poder ver la riqueza de su fondo marino en donde abundan especies como corales, posidonia y todo tipo de animales marinos. El buceo en apnea sí está permitido, así como la navegación de naves sin motor. En los últimos años se han podido ver diferentes especies de cetáceos, en donde destacan los delfines y rorcuales comunes, el segundo animal más grande del planeta.
Mediterráneo Exquisito
Guardamos para el final uno de los mayores tesoros de esta ciudad: su gastronomía. Como se ha dicho, la ciudad está reconocida por la UNESCO como Ciudad Creativa de la Gastronomía, gracias a su fusión entre los mejores productos del mar y de la huerta local.
Lo más recomendable es el arroz a banda, el “espencat” (verdura asada), el “suquet de peix” o la “llandeta”, un enorme catálogo de platos típicos y también de ingredientes destacados, como la gamba roja de Denia, los erizos de mar o el pulpo seco.
La ciudad ofrece más de 300 restaurantes, con una oferta gastronómica que va desde los platos locales y típicos, hasta la cocina internacional y, como no, también con oferta de cocina de autor.
Como puede verse, hay muchísimas cosas que ver y hacer en esta ciudad costera que también dispone de un importante puerto, uno de los más antiguos del Mediterráneo con 2.000 años de historia, tanto a nivel comercial como pesquero y, como no, deportivo. Otro lugar, que, sin lugar a dudas, debemos visitar.
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