Según ha informado la Policía Municipal de Madrid en un comunicado, se habían recogido varias quejas por música a gran volumen en la Oficina de Intervención Comunitaria.
Al acceder al local, los agentes encontraron a un grupo de personas que, «por su apariencia», parecían menores de edad. Se identificó a uno de ellos corroborando este hecho.
A continuación se entrevistaron con la persona responsable del local, que manifestó a los policías que ella «no tenía nada que ver con este evento, que tenía contratado el local para una fiesta privada y que fue la dueña del local la que abrió las puertas y cobró 25 euros por persona a los asistentes, además de poner en la barra las bebidas alcohólicas».
Se desalojó el local, contabilizando un total de 37 menores de edad, todos ellos con una pulsera que les daba acceso a barra libre «de todo tipo de bebidas, manifestando todos que se trataba de una fiesta privada de fin de curso».
Además, se elaboró un Acta de Inspección en materia de espectáculos públicos y actividades recreativas, donde quedaron reflejadas todas las infracciones detectadas.
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